La zona boscosa de la comunidad indígena de Santa María de Ocotán sufrió daños que aún no se reparan.
Para evitar que se siga aprovechando la madera se basan en los análisis que realizan periódicamente, los cuales indican que las reforestaciones no han dado los resultados esperados.
Durango. Hace siete años que se impuso una veda en la comunidad indígena de Santa María de Ocotán, del municipio del Mezquital, los daños a la ecología generados por la deforestación en esa zona fueron la causa de la medida aplicada.
Sin embargo, éste era el principal medio de subsistencia de los comuneros al grado de que casi acabaron con el bosque; a la fecha la sanción se mantiene a pesar de las reiteradas solicitudes de los habitantes para que sea levantada pues no tienen otra fuente de oportunidades.
Varias peticiones. “Se aplicaron sanciones por diez años, nos faltan más de tres y quiero decirle que a pesar de que un número importante de comuneros de Santa María de Ocotán nos solicita reiteradamente el levantamiento de la suspensión nosotros hemos expresado que Profepa tomará la decisión del levantamiento de la suspensión o la ampliación de la misma evidentemente valorando única y exclusivamente elementos ambientales o forestales”, enfatizó el delegado estatal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, Paulino Córdova Quiñones.
Se vislumbra la ampliación. Si en este momento se tuviera que tomar una determinación, ésta sería la ampliación de la veda, Córdova Quiñones explica que han estado realizando forestales en la región que les permiten presumir y en este momento tener elementos de información “que nos hacen pensar que es muy probable que tengamos que valorar la ampliación del plazo, porque la reforestación natural y la inducida no ha cumplido con lo que nosotros esperábamos”; agregó que la explotación de casi ocho años causó severos daños a la ecología.
Juan Manuel Cárdenas
El Siglo de Durango
Difícil situación para los comuneros
Durango. Todavía faltan tres años para que el castigo termine o sea valorado por las instancias correspondientes, los comuneros han expresado que cuando hay siniestros que se logran controlar o cuando los árboles caen por alguna razón natural, la madera se desperdicia pues no la pueden utilizar. Esto los mantiene en una situación precaria pues en la zona son pocas las oportunidades laborales a la mano y pocos los apoyos que les llegan para mitigar su condición.
(cifras)
10
Años de veda se aplicaron a la zona para evitar que siguiera siendo talada por comuneros.
Años han transcurrido de la veda, desde entonces se vigila que no haya extracción de madera.
(datos)
El Delegado de la Profepa asegura que las reforestaciones naturales e inducidas no han dado resultados.
Por esta razón se considera la ampliación de la veda pues solamente restan tres años y no hay recuperación.
