De acuerdo a las disposiciones legales respectivas, el Ejecutivo Federal presentó el lunes de la semana pasada al Congreso de la Unión su propuesta de programa económico para 2009, integrado por la iniciativa de Ley de Ingresos, el proyecto de Presupuesto de Egresos y los Criterios Generales de Política Económica.
Para comenzar, la autoridad reconoce que el entorno internacional ha sido desfavorable durante 2008, frente a lo cual considera que nuestro desempeño económico es bueno. Esto lo atribuye a la política contra-cíclica del gobierno, basada en el incremento del gasto público, la creación del Fondo Nacional de Infraestructura y la instrumentación del Programa de Apoyo a la Economía.
Me parece que nuestras autoridades se cuelgan medallas que no les quedan. Por un lado, esos programas han tenido poco que ver con el desempeño económico, puesto que se han quedado bastante cortos en cuanto a sus alcances y ejercicio.
Considero que han sido de mayor importancia para nuestra evolución económica en lo que va del año dos hechos muy claros: primero, la economía de Estados Unidos (EU) todavía no experimenta su mayor debilitamiento y, segundo, los precios del petróleo alcanzaron niveles extraordinariamente altos que, para el gobierno mexicano, significaron mayores ingresos para sostener el gasto público creciente.
A pesar del optimismo oficial que por estas fechas de 2007 anticipaba un crecimiento de 3.7 por ciento para nuestra economía en 2008, ahora se reconoce que sólo crecerá 2.4 por ciento. Esta cifra, cercana a la prevista por la mayoría de analistas, podría ubicarse más cerca del 2 por ciento si el ambiente externo se deteriora más en lo que resta del año.
Aparte de reconocer el menor crecimiento, las autoridades anticipan que la inflación cerrará 2008 en 5.5 por ciento, casi el doble de la estimación inicial (3 por ciento). Yo soy todavía más pesimista, y espero que la inflación rebase ligeramente el 6 por ciento al cierre del año, ya que el mismo Banco de México (Banxico) prevé en su revisión más reciente que el promedio del cuarto trimestre de este año estará entre 5.5 y 6.0 por ciento.
El gobierno prevé que en 2008 el tipo de cambio promedio será de 10.40 pesos por dólar, producto en parte de que la tasa de interés promedio anual se ubicará en 7.8 por ciento, por arriba del estimado inicial (7.2 por ciento). Me parece que las estimaciones revisadas en tasas de interés son razonables, más no así en cuanto al tipo de cambio, donde es más probable que la cotización promedio de nuestra moneda se ubique entre 10.55 y 10.70 pesos por dólar.
Un optimismo similar al que existió a estas alturas del año pasado en relación con las previsiones para 2008 también caracteriza las perspectivas oficiales para 2009. Hoy el programa oficial anticipa que nuestra economía crecerá 3 por ciento. Este crecimiento, mayor al previsto para este año, aunque posible, me parece que es poco probable que ocurra.
Estimo, en su lugar, que nuestra economía crecerá alrededor del 2.5 por ciento, más en línea con el crecimiento de 1.5 por ciento previsto para EU. No obstante, nuestro crecimiento puede ser aún menor, si los problemas financieros que plagan hoy a la economía de EU la debilitan aún más el año próximo.
El mayor optimismo oficial para 2009 se refleja en su estimado de inflación, ya que nuestras autoridades prevén que cerrará el año entrante en 3.8 por ciento, por debajo del límite máximo del intervalo (3.5 a 4.0 por ciento) previsto por Banxico para el cuarto trimestre de 2009 y el primer trimestre de 2010.
En mi opinión y con los elementos de juicio disponibles, anticipo que la inflación cerrará 2009 más cerca del 5 que del 4 por ciento, a lo que ayudará, entre otras cosas, que el Presidente Calderón está permitiendo ahora que precios como los de las gasolinas reflejen más las condiciones del mercado.
En lo que concierne a la evolución de las tasas de interés, el programa oficial considera que la tasa de Cetes a 28 días tendría un promedio anual de 8.0 por ciento y cerraría el año en esa misma cifra. Esto significa que Banxico reduciría en un cuarto de punto porcentual su tasa objetivo actual (8.25 por ciento) a principios del año próximo y se mantendría así el resto del año.
Aunque no descarto ese escenario, lo considero poco probable por varias razones. La primera es que las presiones inflacionarias no cederán tan rápido como para bajar las tasas a principios de 2009. Segundo, el marco macroeconómico oficial prevé un aumento en EU de la tasa de fondos federales de un promedio de 2.3 por ciento en 2008 a 2.7 por ciento en 2009, lo que hace menos probable que Banxico reduzca sus tasas.
Por último, considero que la estimación del tipo de cambio promedio utilizada en el programa económico para 2009 de 10.60 pesos por dólar es también optimista. No sólo porque en días recientes nuestra moneda muestra una debilidad notable, después de la significativa apreciación que tuvo en los primeros meses del presente año, sino también por la evolución esperada de sus puntales más importantes: los ingresos petroleros y la brecha de tasas de interés.
El gobierno estima menores ingresos petroleros y una menor brecha de tasas de interés con EU, con lo cual coincido plenamente. Pero en contraste con la estimación oficial, considero que esto contribuirá a que el promedio de la cotización peso/dólar se ubique alrededor de o por encima de los 11 pesos durante el año próximo.
En síntesis, la realidad se ha encargado de moderar el optimismo excesivo que contenía el programa económico planteado por nuestras autoridades para 2008, y me parece que lo volverá a hacer respecto a sus previsiones, ahora ya no tan optimistas, para 2009.