Íngrid Betancourt regresó a la libertad con una propuesta política de grandes dimensiones: emprender una cruzada internacional para exigirles a las FARC el desmonte total de la lucha armada en Colombia.
Más tranquila y recuperada, Betancourt volvió a su palabra crítica y su visión política de la realidad colombiana. "Pienso que lo primero que tenemos que hacer es un llamado al presidente (Hugo) Chávez (Venezuela) y al presidente (Rafael) Correa (Ecuador) para que nos ayuden a restablecer vínculos de amistad, de fraternidad, de confianza con el presidente (Álvaro) Uribe" (de Colombia).
Pero Betancourt fue más allá y se refirió a mandatarios que han preferido mantenerse al margen de la política de Uribe. "Pienso que tenemos que invitar nuevos actores regionales a que nos ayuden a que esto se mueva. Por ejemplo, la presidente de Argentina, Cristina (Fernández) de Kirchner, y otros jefes de Estado", aseguró.
Insistió en que esa cooperación debe estar enmarcada en la institucionalidad y "no a fortalecer la guerra en Colombia", y que los cambios "sean por vía democrática”.
Al referirse a la influencia que ellos (los presidentes) tienen sobre los comandantes de las FARC Íngrid propuso que los inviten "a que dejen el camino del terrorismo y emprendan el camino de la conciliación, de la negociación, de la paz".
"Tenemos que hacer una liga de países que ayuden y peleen con nosotros fraternalmente por la libertad de los secuestrados", añadió.
Chávez responde
Mientras Íngrid hablaba en Bogotá, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, conminó a las FARC a dejar el sendero guerrillero.
Luego de felicitar a su homólogo colombiano, Chávez aseguró: "Creemos que ya no es la hora de los frentes guerrilleros, es la hora de las oleadas de los pueblos (...) El tiempo de los fusiles ya pasó".
Chávez coincidió con la propuesta de Íngrid de la alianza internacional. "Estoy seguro de que casi todos los países de este continente estaríamos dispuestos a conformar un grupo de garantes de un acuerdo de paz (en Colombia), donde se respete a las partes y los compromisos".
El presidente de Estados Unidos, George Bush, afirmó que "me siento orgulloso de nuestras relaciones con Colombia, aprecio el coraje de mi amigo Uribe, su fuerte liderazgo y la exitosa operación".
El canciller francés, Bernard Kouchner, aseguró que "no acepta" sacar de la lista de organizaciones terroristas a un grupo que usa métodos como el secuestro y pidió a las FARC liberar a los plagiados.
En Madrid, el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero felicitó a Colombia por el rescate y dijo que es "una exigencia ética que el resto de secuestrados sean liberados".
El secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, manifestó que las FARC subsistirán un tiempo por el narcotráfico, pero aseguró que "su decadencia ha comenzado".
La presidenta argentina, Cristina Fernández, llamó ayer (miércoles) a Uribe y luego de felicitarlo le manifestó la total disposición de ella y del Gobierno argentino en colaborar en todo lo que sea necesario.
De otro lado, representantes de partidos políticos italianos, de la oposición de izquierda como de la derecha, propusieron que le concedan el Nobel de la Paz a Betancourt.
"Ella es símbolo de fuerza y esperanza para todos, en todo el mundo. El partido Italia de los Valores (IdV) se compromete a luchar para que le adjudiquen el premio Nobel", anunció el diputado, Fabio Evangelisti.
Con todo esto, quedó planteado el interrogante de cuál va a ser el futuro político de Betancourt luego de su liberación.