Irán está construyendo su primera planta nuclear con ayuda rusa y planea inaugurarla en 2009. (AP)
La construcción de plantas sería para generar conjuntamente electricidad.
Irán le propuso ayer a países árabes vecinos la construcción de plantas nucleares conjuntas para la generación de electricidad.
No hubo reacción inmediata de los países árabes, muchos de los cuales se han mostrado suspicaces de las intenciones de la república islámica con su controversial programa nuclear.
En años recientes, varios países árabes han anunciado planes para desarrollar sus propios programas nucleares civiles de generación eléctrica, motivados en parte por la convicción de que deben mantener el paso con Irán para amainar su influencia regional.
No estaba claro porqué Irán hizo su oferta de ayuda, pero pudiera ser para tratar de aliviar las preocupaciones de sus vecinos.
El director de la Organización de Energía Atómica de Irán, Golam Reza Agazadé, dijo que su Gobierno está preparado para hacer la propuesta a los países árabes si éstos están interesados, informó ayer la agencia noticiosa oficial IRNA.
Estados Unidos y sus aliados dicen que Irán está tratando de desarrollar secretamente armas atómicas, pero Teherán lo niega categóricamente, diciendo que sólo tiene fines civiles y pacíficos.
Irán está construyendo su primera planta nuclear con ayuda rusa y planea inaugurarla en 2009.
Por lo menos 13 países de la región han anunciado nuevos planes o revivido planes existentes para construir plantas nucleares entre febrero de 2006 y enero de 2007, dijo el Instituto de Estudios Estratégicos, con sede en Londres, en un reporte reciente.
El reporte hizo notar que la mayoría de esos programas están en sus etapas iniciales y que falta aún 10 o 15 años para que existan nuevos proyectos sostenibles de reactores en Oriente Medio.
Países como Jordania, Marruecos y Túnez tienen pocas reservas de energía y están motivados al menos en parte por un deseo de conseguir independencia en ese sector en un tiempo de altos precios. Por otra parte, Arabia Saudita, con enormes reservas petrolíferas, pero viejo rival de Irán, está motivado principalmente por la necesidad de mantener su ventaja como líder regional.