La otitis media se manifiesta inmeditamente después del contacto con agua contaminada.
A la mayoría de la gente se le antoja, en estos días de vacaciones, ir a la playa o tirarse a la alberca para disfrutar del agua.
Además de pensar en proteger la piel, hay que tener en cuenta el debido cuidado que merecen los oídos, que en muchas ocasiones quedan expuestos a la hora de zambullirse y nadar.
El doctor Andrés Sánchez comenta que una de las enfermedades más frecuentes en esta época del año es la otitis media, comúnmente conocida como “oído de nadador”. “Que no es otra cosa”, explica, “que una infección, inflamación o irritación del conducto auditivo”.
Oído al agua
Aparece como consecuencia de las “horas que se pasan dentro del agua, sea la alberca o el mar”, comenta. Específicamente, se inflama el tubo que conduce el sonido del exterior al tímpano. Éste se ve atacado por diferentes baterías u hongos que se generan en aguas contaminadas o con pobre mantenimiento.
No sólo las personas que se meten a la alberca o la playa contaminadas están en riesgo: En lugares donde hay demasiada humedad en el medio ambiente, la piel interna del oído se recubre de vapor y el conducto auditivo se irrita o lesiona, generando la aparición de bacterias u hongos.
También se expone quien se rasca el oído frecuentemente o se limpia vigorosamente con bastoncillos de algodón u objetos punzantes, como clips para sujetar papeles o pasadores para pelo, “esto incrementan el riesgo de desarrollar otitis externa.
Dolor silencioso
Uno de los síntomas principales de esta enfermedad es el dolor intenso de oído, el cual aumenta poco a poco.
Llega a lastimar al masticar, causa picor y produce un líquido que al principio es transparente y al poco tiempo se torna amarillento, de olor desagradable.
El oído se inflama, lo que bloquea el paso del sonido por el conducto auditivo. La presencia de fiebre no es determinante para descubrir la enfermedad pues esta puede aparecer o no.
La otitis media se manifiesta inmeditamente después del contacto con agua contaminada, por tanto, el periodo de incubación es casi nulo. Es importante tener en cuenta que no es contagiosa ni fácil de transmitir.
Si no se atiende es factible que se convierta en una otitis externa crónica y maligna, y puede expanderse la infección a otras áreas del cuerpo, lo cual sucede con frecuencia en personas con diabetes y otros males crónicos.
Prevención y atención
La Federación Mexicana de Otorrinolaringología, Cirugía Cabeza y Cuello recomiendan acudir al especialista para aliviar los síntomas de la enfermedad. El médico realizará un examen físico y observará el interior de los oídos, incluyendo el tímpano.
El tratamiento a seguir se determina de acuerdo a la gravedad de la infección y del dolor que sufra el paciente.