Miles de sirios salieron a las calles de Damasco el jueves en una protesta organizada por el gobierno para denunciar el ataque estadounidense a un poblado sirio cercano a la frontera con Irak y exigir a Estados Unidos que deje en paz al país.
Un alto funcionario del gobierno también exigió a Washington pruebas que demuestren que los helicópteros estadounidenses buscaban a un miliciano de al-Qaeda cuando atacaron el poblado. Damasco dice que el ataque mató a ocho civiles.
La protesta a 1.5 kilómetros de la embajada estadounidense, que cerró sus puertas durante el día, transcurrió sin violencia. La multitud se dispersó de forma pacífica tras dos horas en que lanzó lemas antiestadounidenses.
Cientos de agentes de policía con cascos, bates y escudos protectores rodearon la embajada para protegerla. Los manifestantes no se dirigieron hacia el recinto estadounidense, ubicado en el lujoso barrio de Maliki.
La multitud dirigió su ira al presidente George W. Bush.
Ahmad Deeb, de 30 años, dijo que participó en la protesta para condenar "el ataque contra la soberanía siria" y decirle a Bush que acabe con los actos criminales.
"Déjennos en paz", dijo Deeb. "El mundo estará mejor la semana que viene porque sin importar quien sea el nuevo presidente, será mejor que Bush".
Los manifestantes mostraron fotos del presidente Bashar Assad y carteles que decían: "Estados Unidos, promotor de la destrucción y de las guerras" y "No nos someteremos al terrorismo". Otra pancarta criticaba a Irak por permitir que los estadounidense utilizaran su territorio para atacar a Siria.
El gobierno sirio ha pedido a Washington que se disculpe por el ataque ante la comunidad de Abu Kamal y ha amenazado con terminar su cooperación en la frontera iraquí si hay más ataques estadounidenses contra su territorio.
