Un policía intenta tumbar la puerta. Los golpes sonaron a balazos.
Confunden con balacera golpes a una puerta metálica.
Una movilización de 30 policías municipales, estatales y federales se desató ayer en el Centro de la ciudad para identificar lo que, se pensaba, eran cuerpos que habían sido tirados en un edificio de avenida Juárez e Ildefonso Fuentes.
Después de una docena de cuerpos tirados en el lecho del Río Nazas, asesinatos vinculados al crimen organizado, la alerta policiaca tenía sentido. Lo que encontraron fue mucho menos inofensivo: un gato muerto.
El episodio subrayó el temor que ha invadido a los habitantes de la Comarca Lagunera luego de meses de hechos delictivos. El pánico desatado por la movilización de ayer fue reforzado cuando varios testigos confundieron con balazos los golpes contra la puerta metálica del edificio abandonado.
La movilización llegó dos días después de que militares se enfrentaron a tiros con una banda criminal en la colonia Jardines de California.
Policías municipales, preventivos y ministeriales de Coahuila, fueron los primeros en atender una llamada poco antes de la una de la tarde, que reportó “olor de muerto” en el edificio con el número 580 poniente de avenida Juárez, junto al pequeño Museo Paleontológico y que tiene siete años abandonado.
La alerta ameritó la presencia del coordinador de homicidios de la Procuraduría de Justicia de Coahuila, Fernando Ruiz, e incluso del comandante de la Policía Preventiva del Estado, Guillermo Flores.
La avenida Juárez fue cerrada, ante la presencia de decenas de peatones que se detenían en el lugar y de conductores que bajaban la velocidad para echar un vistazo. Una escuela cercana también fue cerrada.
La llegada de una carroza fúnebre reforzó la certeza de que se habían hallado unos cuerpos. Algunos reportes decían que tres, otros que cuatro y la confirmación venía de comandantes de la Policía Municipal.
Varios cerrajeros no pudieron abrir la cortina metálica, debido a lo viejo de la estructura, por lo que los policías estatales requirieron la presencia de agentes de la Policía Federal.
Un agente llevó un mazo para tumbar el portón. Los golpes contra la cortina hicieron a varios pensar que se trataba de una balacera, e incluso se reportó así en noticieros de radio y televisión.
Poco antes de las dos de la tarde fue vencido el portón y policías entraron con lámparas y cubrebocas para el hedor. En minutos salió un policía haciendo un gesto negativo.
El coordinador de Homicidios de la Procuraduría de Justicia alzó los hombros en señal de duda. Un policía salió con una cámara digital y mostró la foto del causante de la movilización. Un gato negro, muerto tras un pilar.
Los policías movían la cabeza en gesto de incredulidad y varios comenzaron a reír. “Desafortunadamente tenemos que atender cualquier llamado”, dijo Ruiz, el coordinador de Homicidios.
Al final, los policías volvieron a cerrar la puerta... pero el gato muerto se quedó adentro.