Desde hace por lo menos una década, el tema de la calidad y cantidad del agua en La Laguna se ha discutido largamente en los diferentes sectores de la sociedad. Desagraciadamente, pese a la intensidad del debate en foros, encuentros y en medios de comunicación, ningún proyecto viable se ha consolidado aún para hacer frente al problema que presenta la región, el cual, según reportes oficiales y advertencias de ambientalistas, se irá agravando mientras continúe la sobreexplotación de los mantos acuíferos y se prolongue la sequía que azota a gran parte del país.
Ante este panorama, de distintas instituciones gubernamentales y organizaciones independientes han surgido planes para garantizar la disponibilidad y abastecimiento del agua en la región, pero hasta el momento no ha habido consenso respecto a ninguno de ellos, por lo que se han quedado únicamente en la etapa de propuesta, sin que se haya podido estudiar a fondo su viabilidad. La falta de acuerdos respecto a este importante tema denota una ausencia de visión e interés comunes en torno al problema.
En cambio, parece que en otras regiones del país sí han logrado superar los primeros pasos. Tal es el caso de los estados de Sonora, Sinaloa y Nayarit, cuyos gobiernos y sociedades impulsan actualmente el Plan Hídrico del Noroeste (Plhino), el cual contempla el aprovechamiento del agua de 16 ríos de la Sierra Madre Occidental que desembocan en el Océano Pacífico para el riego de cultivos en toda la zona y sustituir así el uso de agua de pozos profundos. Dicho plan ha unido a productores, organizaciones y dependencias gubernamentales, al grado que ya cuenta con recursos para iniciar un estudio técnico que determine si es viable.
El Plhino guarda muchas semejanzas con el Plan MEVA de La Laguna, el cual sugiere llevar a la presa Lázaro Cárdenas el agua de ríos en la Sierra Madre que desembocan en las costas de Sinaloa. Aunque este proyecto tiene varias décadas de ser concebido, no ha sido respaldado por los gobiernos locales y está prácticamente en la congeladora.
El problema del agua en la región amerita que, a la voz de ya, gobiernos y sociedad se pongan de acuerdo para impulsar los planes y proyectos que sean necesarios para tener una mayor disponibilidad de agua en el futuro. Habría que seguir de cerca el caso del Noroeste mexicano y ver qué se puede aprender de él.
