LA AVENTURA DEL CONOCIMIENTO
Me preguntaba un lector porque escribo lo mismo sobre cultura general que de lo concerniente a mi profesión. Mi respuesta es que todo mundo trata aspectos de “crecimiento personal”, especialistas o no del tema, sobre todo dirigidos a las mujeres, como si éstas no merecieran más que eso, es decir: cómo ser amas de casa, cómo ser mejores esposas y mejores madres, cómo criar a los hijos, cómo tratar a los adolescentes, cómo conformarse con su vida, o cómo renegar de ella, etc.; y no es que no sea todo esto importante, pero ya existen muchas personas que hablan de ello (insisto, especialistas o no).
En lo particular creo que si la mujer buscara más la cultura en general, si tuviera acceso a lecturas ricas en contenido, si no estuviera supeditada a las películas que hablan sólo de romanticismo utópico (por no decir estúpido), si se ocupara más de lo que sucede en el mundo y no de los chismes de la colonia o los artistas, si no estuviera sujeta a las telenovelas absurdas (y digo sujeta, porque pareciera que la tienen encadenada a la de turno), pienso que su panorama se ampliaría y no circularía alrededor de lo que hacen o dejan de hacer los demás, especialmente su compañero de vida. Por eso, procuro escribir acerca de temas culturales que pueden enriquecer el pensamiento.
Ahora bien... estoy casi segura que un alto porcentaje de personas no tienen acceso al Internet, y las que lo tienen lo usan mayormente para la correspondencia cibernética (no sé si se dice así, pero se oye bien) o “chatear”. En lo personal, o sea... para mí... el Internet es la maleta de Mary Poppins, de donde salen cosas fantásticas. Claro que también puede llegar a ser la caja de Pandora, por las calamidades que suele atraer; pero (como todo en la vida), hay que aprender a utilizarlo.
Inicie un buen “crecimiento personal” aventurándose dentro de la computadora de sus hijos o sus nietos para emprender la cacería del saber. Créanme que el obtener cultura es muy satisfactorio...