El acoso escolar, también llamado bullyng por el término inglés “bully” (bravucón), es cualquier tipo de maltrato psicológico, verbal o físico, producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado, considerándose que el tipo de violencia dominante es el emocional. El acoso puede ocurrir dentro del aula, en los patios o en las afueras del edificio. Esto ha ocurrido desde tiempos remotos, pero últimamente ha generado mayor notoriedad porque las agresiones son más duras y han llegado, incluso, a causar la muerte.
El bullyng siempre ha existido y todos pueden caer en ese juego, unos como victimarios y otros como víctimas. Las agresiones físicas son malas por lo que pueden ocasionar, pero las más comunes son las verbales y a la larga muy dañinas porque se generan de la burla hacia el compañero, ya sea porque está pasado de peso (Botijas), porque es moreno (el Negro), porque es blanco (el Deslavado), porque es chaparro (Tapón), porque es muy alto (Garrocha) y si es tardo para aprender (el Tonto) y así, hasta el infinito; y lo peor es que todo mundo tiene un punto flaco que se puede atacar.
Normalmente el agresor es una persona con un gran complejo de inferioridad que trata por todos los medios de opacar a los demás y hacerlos sentir inferiores para él crecer, y si logra encontrar a su “puerquito” (como se dice en el argot escolar) pues ya la hizo. Desafortunadamente, siempre están a la mano los “puerquitos” porque por cada agresión que se da, se sube la autoestima del victimario y por cada una que se recibe, se baja la autoestima del agredido y lo vuelve más susceptible a ser víctima, y así es el cuento de nunca acabar. Cuando ya existe esta situación, sólo hay dos maneras de impedir que esto continúe: primero, parar ese círculo tan dañino, y segundo, proporcionar asesoría y terapia a ambos y a los padres de éstos.
Si el acoso escolar es tan común, ¿qué pueden hacer los padres? Lo ideal es que a tu hijo no le afecten las opiniones de los demás. Tú no puedes impedir que lo agredan porque no estás junto a él durante el horario escolar; pero, lo que puedes hacer es proporcionarle un “Yo” fuerte que le dé la autoestima necesaria y lo prepare para enfrentar el mundo fuera del hogar.
