La idea de festejar el Día del Padre ocurrió cuando una mujer llamada Sonora Smart Dodd, de Washington, E.U., quiso homenajear a su padre, quien era un veterano de la Guerra Civil llamado Henry Jackson Smart, que enviudó cuando su esposa murió al dar a luz a su sexto hijo y a partir de ahí se dedicó a cuidar a la familia cumpliendo el rol de padre y tratando de cubrir el rol de la madre, y como el señor Smart había nacido el 19 de junio, su hija propuso ese día para celebrarlo.
La idea fue acogida por muchos condados de Estados Unidos y no fue sino hasta 1924 cuando el presidente Calvin Coolidge apoyó la idea de establecer un día nacional para el padre. En 1966 el presidente Lyndon Jonson firmó una declaración para que se celebrara nacionalmente el tercer domingo del mes de junio en ese país, lo cual fue aceptado posteriormente también en otros países, incluyendo México.
Arrigo Coen Anitúa, reconocido filólogo fallecido en enero de 2007, en una ocasión habló sobre la palabra “padre” y decía que viene del pater latino que es en la gran familia de las lenguas indoeuropeas hermano del griego páater, del persa pidar, del sánscrito pitr, primo del irlandés athair, y, por otro lado, primo también del anglosajón faeder, del holandés vader y del sueco fader, islandés fadir y del gótico fadar.
Además, existen cosas muy curiosas, por ejemplo, si son hermanos del mismo padre, pero diferente madre, son consanguíneos, pero si son hermanos de la misma madre, pero diferente padre, son uterinos; lo que implica que la figura del padre es muy importante en el árbol genealógico.
Aunque el rol del padre en nuestra sociedad es más de proveedor que de cuidador (y en ocasiones ni eso), es importante que se le festeje, porque si no hay padre no hay hijo..., así de fácil (esto es naturaleza pura)... es decir, aunque el hecho de que hayamos nacido pudiera haber sido decisión mayoritaria de la madre..., usted y yo estamos en este mundo porque existió un padre para ello.
¡FELIZ “DÍA DEL PADRE”!
