Conversación entre dos madres de familia: “estos hijos que no nos dejan platicar”... “siempre que uno trata de platicar, ellos lo impiden con sus juegos”... “parece que lo hacen de adrede, cuando uno tiene visitas todo se les ofrece y nos impiden platicar a gusto”... Total, que se quejan de sus hijos; pero no se dan cuenta que ellas son las que no les permiten a los niños expresar sus necesidades o participar en sus juegos por estar con las amigas.
Los niños se comportan ruidosos e inquietos cuando quieren llamar la atención de los adultos, sobre todo cuando se sienten ignorados por sus padres, y como actualmente las personas se encuentran envueltas en una vida muy activa, siempre con múltiples compromisos, los niños tienen que superar esa actividad y para que les hagan caso se vuelven hiperactivos.
Habrá padres que piensan que atienden a los hijos porque permanecen tiempo con ellos en la casa, pero si solamente dan su presencia, sin la convivencia, ésa no es verdadera atención. Mi consejo es que hablen... platiquen... comuniquen... en una palabra: ¡CONVIVAN!...