Es muy lamentable lo que está sucediendo en nuestra región por el agua que ha caído en esta temporada de lluvias, lo que ha ocasionado situaciones críticas en algunas poblaciones, como: inundaciones, pérdidas materiales, enfermedades, etc., pero, pudiera ser que esto se haya agravado debido a la cultura del mexicano que tira sus desperdicios sin ton ni son. Ahora que empezó la salida del agua de las presas, el municipio tuvo que contratar brigadas de limpieza para quitar toda la basura que se había acumulado en las orillas del Río (y créanme que era ¡muchísima!) pero no se dieron abasto y les ganó el agua que ya venía en su recorrido. Lo mismo sucedió con los canales, como el del Coyote, que estaban también cubiertos de basura: papeles, piedras, cartones, llantas viejas, cascajo, escombros, madera, animales muertos, etc., lo cual, si se suma todo, resulta una buena cantidad de obstáculo para el agua que, se supone, debe correr libremente, porque los canales están hechos solamente para el agua que deben recibir en los momentos críticos, no para la basura más el líquido.
Sabemos que no todo es por la cultura del pueblo, sino también por la situación económica... ¿usted ha tratado de deshacerse de escombros, muebles, viejos, llantas, etc.?... cuesta pagar a alguien que se contrata para ello (porque además del costo del “viaje” tienen las personas que dar más porque, según dicen los muleros, ellos tienen que pagar “mordida” para tirar esos desperdicios porque está prohibido hacerlo). Asimismo, las personas no tienen bolsas para la basura, porque también para eso se necesita dinero. Tal vez el municipio debería dotar de bolsas para basura a las clases más necesitadas, o hacer una campaña para que la ciudadanía coopere de alguna manera en esto.
