El lunes de esta semana me invitó mi amiga Gloria al espectáculo de Manuel Mijares y Yuri en el Estadio de la Revolución. Como parecía que amenazaba lluvia, ambas nos llevamos un paraguas “por las dudas”, pero, al entrar a las instalaciones, no nos permitieron introducirlos, porque estaban considerados como “posibles armas de ataque” en caso de bronca. Como habíamos dejado el coche algo retirado como para ir a dejarlos, el Sr. Héctor Pérez, contador del Estadio, que se encontraba en uno de los accesos, muy amablemente se ofreció a guardarlos para que los recogiéramos posteriormente, a lo que accedimos. El viernes pasamos a recogerlos y ya los tenemos en nuestro poder. Gracias, contador Pérez.
Pero... ¿a qué se debe mi relato?... Bueno... para señalar que los laguneros tenemos ya buen rato de alarmarnos con todas las noticias de lo que pasa en nuestra región: enfrentamientos entre cárteles y guardianes del orden (municipales, estatales y federales), secuestros, asesinatos, robos, etc., además de los numerosísimos mails que se reciben vía Internet dando tips para “protegernos” (los cuales nos asustan más todavía); pero, lo realmente dramático son las vivencias personales y de familiares, amigos o vecinos, de las que frecuentemente nos enteramos, por lo que todas las precauciones que se tomen en los lugares públicos nos parecen adecuadas. Sin embargo, no deja de dar tristeza, porque el Estadio fue uno de los sitios más frecuentados por las familias que vivieron en nuestra ciudad en los años 40s, 50s, 60s, 70s, 80s y 90s, para ver los juegos de base-ball, por ejemplo, y no me imagino a nuestros padres soportando el “cacheo” y la inseguridad actuales.
Por otra parte, el espectáculo fue de primera calidad, con gran respeto para la audiencia: ambos intérpretes con una potente voz (como debieran ser todos los cantantes), cambios de luces ad-hoc y Yuri presentó cambios de vestuario de acuerdo al número de veces que apareció en escena, con todos sus vestidos espectaculares. El concierto lo ofreció gratuitamente el Municipio para conmemorar los 101 años de Torreón y, a pesar de lo asustada que está la ciudadanía, hubo lleno casi total, en las gradas y el campo, asistiendo familias completas sin que hubiera ningún contratiempo.