Atendiendo a una invitación de la Arq. Lily de la Peña, asistimos a la charla-conferencia sobre lo que fue el Club Activo 20-30 de Torreón, que fue llevada a cabo por los exsocios, apoyados por el Museo Arocena, con la asistencia tanto de los propios acompañados de su familia como de personas interesadas por conocer a quienes fueron pilares del desarrollo de nuestra región, y en qué forma lo hicieron.
Haciendo historia, nos enteramos que en los años 20s del siglo pasado en Washington nació el Club Activo por un lado, y por otro, se formó el Club 20-30 en California, los cuales en 1961 se fusionaron dando origen al Club Activo 20-30 actual. En nuestra ciudad se fundó el Club 20-30 de Torreón en 1955 y en 1964 se transformó en Club Activo 20-30 de Torreón. El requisito fundamental para pertenecer a él era estar entre los 20 y 39 años de edad.
Durante el evento se pasaron fotografías del recuerdo en donde aparecen los exsocios y sus familias en los diferentes actos que llevaron a cabo durante su permanencia en esta agrupación, para después hacer una réplica de las sesiones que realizaban, lo cual fue muy emotivo porque lo realizaron en la biblioteca del Museo, precisamente donde anteriormente se encontraba físicamente el salón que para ello tenía el antiguo Casino de La Laguna. Su última sesión tuvo lugar en 1971, así es que en este momento era un grupo de personas reuniéndose 37 años después, con todas las añoranzas y sentimientos que eso implicó; aunque ellos desde siempre han conservado la amistad y el contacto socialmente, recordemos que esto era una réplica de una actividad del Club.
A través del recuerdo fotográfico y la charla de los exsocios nos enteramos que el club realizaba actividades para llevar a cabo proyectos de apoyo a la comunidad lagunera. Las actividades eran: el famoso “kilómetro de plata” en donde los ciudadanos íbamos a colocar un peso en una línea en el suelo hasta lograr un kilómetro, donativos de personas altruistas, bailes, carreras de automóviles, corridas de toros y obras de teatro, todas ellas para recaudar fondos para las obras en beneficio de La Laguna, tales como: la edificación de la Escuela Activo 20-30, Escuela Francisco Carson, Escuela Ignacio Zaragoza Activo 20-30 y Escuela de la Ciudad de los Niños y los Talleres de la Escuela Técnica Industrial, así como la ampliación de escuelas (todas estas instituciones hasta la fecha persisten); además, se colaboraba con equipo y tiendas de campaña para la Asociación de Scouts de México, donativos al DIF para las navidades de los niños de la región, equipo para el Cuerpo de Bomberos e, inclusive, una ambulancia para la Cruz Roja de Torreón. Asimismo, se daba apoyo a contingencias que ocurrían en nuestra ciudad, como las avenidas imprevistas del Río Nazas que originaba personas damnificadas.
En todas las obras sociales participaban las familias enteras porque, además de que facilitaba la convivencia, eran actividades y diversiones que disfrutaban chicos y grandes, así como padres e hijos; algo que se requiere rescatar en estos tiempos tan difíciles para la comunicación generacional.
Hoy en día existe gente joven y entusiasta con la capacidad para extender esa juventud y ese entusiasmo hacia obras de servicio social en beneficio de nuestra región; además, con los recursos tecnológicos y los conocimientos que actualmente se manejan, esto se podría traducir en grandes proyectos hacia la comunidad lagunera, por lo que la idea de los exsocios es refundar el Club Activo 20-30 de Torreón, y para ello se organizará otra reunión posteriormente, siempre con el apoyo del Museo Arocena, sobre la cual se avisará en su oportunidad.