No hay acción que mitigue el dolor de unos padres ante la muerte de un hijo, por eso se pensaría que todo lo que se haga a posteriori en el terrible caso del secuestro y asesinato del jovencito de catorce años de edad Fernando Martí es obsoleto, pero, lo que se debe hacer, además de castigar con todo el peso de la ley a los responsables, es buscar acciones que logren evitar que estos crímenes sigan ocurriendo.
Nos enteramos por los medios de comunicación el caso del plagio de un pequeñito que han pasado años de su desaparición sin que sepan su paradero. Los culpables ya están atrapados y encarcelados y desde la prisión le siguen llamando a la familia para extorsionarlos, diciéndoles que si les dan equis cantidad de dinero les informan en dónde está sepultado. Los afectados han dado parte a las autoridades y éstas les alegan que ya no pueden evitar esas llamadas porque los sujetos ya pertenecen a otras instancias. Imagínense... seguir con ese calvario... y, al parecer, eso puede continuar por años; además de que si llegan a salir libres serán una amenaza tangible para todos.
Se dice que primero hay que realizar acciones para atrapar y castigar a los culpables antes de pensar en la pena de muerte, pero, a pesar de que ésta sería una medida muy drástica, la propuesta lanzada en esta semana de restaurarla es, al parecer, lo único acertado, porque en nuestro país cuando se logra atrapar a los culpables, éstos no reciben el castigo señalado y merecido. Siempre aparecen jueces venales (que se dejan sobornar con dádivas) que los liberan en un santiamén, y todas las acciones para capturarlos, la angustia de los familiares y el repudio de la sociedad salen sobrando.
Como señalaba anteriormente, pareciera una medida drástica, pero, cuando hablamos de bienes materiales, como el dinero por ejemplo, sí es delito porque se toma o se afecta lo ajeno; sin embargo, tratándose de personas, eso es maldad pura... ¿Cómo no van a merecer la pena de muerte, o la cadena perpetua, aquéllos que tienen el corazón tan duro para quitarle la vida por asfixia a un chico de 14 años sin ningún asomo de piedad?... Por eso, para los secuestradores, lo mismo que para los narcotraficantes y los violadores, lo más indicado es que la sociedad también les aplique castigos con el corazón duro. Tal vez así lo pensarán dos veces antes de cometer estos aberrantes hechos en contra de sus semejantes.