PARÍS EN BICICLETA
Ahora que Beijing se “automotoriza”, París se “velibea”. Sí, así como suena. La gasolina y los estacionamientos son carísimos, lo mismo que el metro, el que cuesta 1.50 euros por viaje, o sean 2.50 dólares, por lo que se ha recurrido en la ciudad luz a viajar en bicicleta. Existe una red de alquiler de bicicletas públicas, la red “Velo liberté”, que empezó en julio de 2007 con 10 mil bicicletas y 750 estacionamientos automáticos repartidos en la ciudad, cada uno con 15 espacios para estacionarlas. Actualmente transitan 20 mil bicis y existen mil 450 estacionamientos.
Para usar este sistema, los usuarios necesitan estar suscritos. La suscripción cuesta 1 euro por día o 30 euros por mes. Con este sistema, el usuario puede hacer innumerables viajes por día, cuenta con media hora gratis por viaje individual y las horas subsecuentes cuestan de uno a cuatro euros por cada media hora, porque lo que se intenta es propiciar que estén en circulación y que el tiempo de estacionamiento sea sólo el necesario. Se requiere alquilar con una tarjeta de crédito, para que si la bicicleta no es entregada, se le carguen 150 euros extras.
Así como tiene sus ventajas, tales como terminar con la polución, también tiene sus inconvenientes, pero lo que sí es notorio, es que ha cambiado el panorama de París, tanto las calles por los carriles “bicicleteros”, como las banquetas por los estacionamientos en sus orillas. Es muy agradable ver, sobre todo en época de vacaciones, a personas de todas las edades juntarse en grupos numerosos para pasear en bicicleta por tan bella ciudad.
Si vas a París debes aprender un nuevo verbo, “Velib”, el cual se conjuga como “yo velibeo, tú velibeas, nosotros...”.
