Después de que el fotógrafo Robert Capa le inmortalizara encaramado a la cabina de un avión alemán, en la Barcelona de 1939, el español Xavier Camps se ha reconocido en una imagen publicada en un periódico.
"Cuando vi la fotografía pensé: ¡Pero si soy yo, que estaba encima de un avión que derribaron!. Me acuerdo de la foto porque estoy prácticamente igual a como era entonces", explicó.
Pese a sus 84 años, Camps recuerda cada detalle de la tarde en la que pudo ver de cerca los restos de un avión militar expuesto en los Jardinets de Gracia, en el centro de la ciudad.
En plena Guerra Civil no había muchos entretenimientos para los más jóvenes, pues "no había colegio, ni cine ni teatro", así que la presencia, en plena calle, de la cabina de un avión alemán derribado en el frente atrajo la atención de la mayoría de los vecinos del barrio.
El protagonista de la instantánea de Capa, que entonces tenía unos quince años, acudió a los Jardinets junto con "siete u ocho amigos", a la espera de poder introducirse en el avión y comprobar si, como se imaginaban, había en ella "ametralladoras, balas o bombas".
Fue esa la instantánea que tomó Robert Capa, el cronista gráfico que difundió en todo el mundo la Guerra Civil española, y que, junto a otras tres mil imágenes, ha sido descubierta en tres maletines ocultos en México por la cineasta Trisha Ziff, sesenta años después de que el mítico reportero captara con su cámara el ambiente de aquella tarde de invierno.