La reforma energética no se presenta hoy como un tema coyuntural o recurrente, sino como la vía para disminuir la pobreza en México, pero sobre todo para dinamizar el crecimiento económico del país, el cual no ha logrado superar o alcanzar tasas de crecimiento del 7 por ciento desde hace 25 años, y generar 1.5 millones de fuentes de empleo anuales.
Rogelio Montemayor Seguy, ex director de Pemex, presentó ayer una conferencia denominada Petróleo: pobreza y crecimiento, en donde mostró una radiografía del sector en México, cuáles con las alternativas y los problemas estructurales de Petróleos Mexicanos.
La conferencia se desarrolló en el Centro de Competitividad Internacional del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, a la que asistieron -en su gran mayoría- empresarios y políticos.
El ex gobernador de Coahuila expuso en casi dos horas a los asistentes sobre el porqué es urgente plantear una reforma energética en México, mostrando que la pobreza es uno de los graves problemas del país, pero la cual podrá disminuirse no con programas sociales, sino con crecimiento y la generación de fuentes de empleo.
Dentro de los sectores productivos que podrían impulsar un crecimiento económico inmediato, para alcanzar tasas de crecimiento del 7 por ciento anual, es el energético, ya que aunque el turismo y la vivienda son dinamizadores, éstos ya están logrando que la economía se mueva a tasas del 3 por ciento anual.
Montemayor Seguy declaró que “en lo personal es un tema que me preocupa, por eso escribí un libro al respecto hace algunos años”. Dijo convencido que el mayor problema del país es la pobreza, por lo que consideró necesario hacer algo para que la economía mexicana logre crecer a tasas mayores de un 3 o 4 por ciento anual.
Mostrando diferentes indicadores de pobreza en México, sea alimentaria o patrimonial, manifestó que sólo mediante el crecimiento se “logrará detener la pobreza”.
El ex director de Pemex comentó que una de las reformas que se requiere con urgencia es la energética y consideró que es un debate que tiene que darse en México.
RIESGO PARA
LA ESTABILIDAD
En su primer conclusión manifestó Montemayor Seguy que la persistencia de la pobreza y la desigualdad constituye un grave riesgo para la estabilidad social, económica y la vida democrática para el país, por lo que enfatizó que la superación de la pobreza debe constituir el objetivo central de la acción pública.
Una segunda conclusión es que la reforma energética es necesaria y urgente por la importancia que tiene Pemex dentro de la economía y las finanzas públicas, ya que aporta ingresos por 100 mil millones de dólares, realiza exportaciones petroleras que representan el 15 por ciento del total y los impuestos que aporta al erario federal fue del 41 por ciento en 2007.
Sin embargo, debido a que los pasivos van en aumento, ya que en 2007 representaban el 96.2 por ciento de sus activos y que tiene un pasivo laboral de 528 mil millones de pesos, es decir el 5.4 por ciento del Producto Interno Bruto, concluye en indicar que la paraestatal se está deteriorando y su viabilidad está en riesgo.
No obstante, el sector energético es la actividad que puede relanzar el crecimiento en el país a tasas superiores del 3 o 4 por ciento anual, disminuyendo la pobreza en un plazo razonable, no mayor de 15 años.
En su conferencia manifestó que hay un diagnóstico del Gobierno sobre los retos que tiene Pemex, sin embargo, algunos de ellos los calificó como verdades a medias, como lo es la falta de recursos o que la tecnología sólo está disponible a través de alianzas o asociaciones.
PROBLEMA
ESTRUCTURAL
Para el ex director de Petróleos Mexicanos el problema estructural de la undécima petrolera del mundo radica en tres puntos: régimen fiscal, regulación onerosa e ineficaz y las rigideces operativas.
Dijo que se requiere que los impuestos que paga Pemex vayan disminuyendo en lugar de ir creciendo, buscando que la paraestatal reinvierta en maquinaria y equipo o en nuevas exploraciones. Durante 2001-2006 el 64 por ciento de sus ingresos se transfirió al Gobierno.
Ante los presentes expuso que de manera discrecional y debido a que el consejo de esta paraestatal está conformado por 6 personas del Gobierno, se autorizan subsidios al ordenarlos en estas reuniones, pero sin presentarlos al Congreso para su aprobación.
En cuanto a disminuir el marco regulatorio, expuso que las decisiones son tomadas fuera de la paraestatal, con lo cual se pierde oportunidad y valor, estimado en 3 mil millones de pesos anuales. Y por último, las rigideces o brechas operativas son muy complejas en lo laboral y en la misma operación, por lo que propone en su lugar incluir programas operativos para eliminar brechas de productividad, una nueva relación con el sindicato.
En entrevista manifestó que “la obligación de las autoridades es presentar propuestas que resuelvan la problemática de fondo, sobre todo por ser un tema complejo hay que empezar por el principio, poniéndonos de acuerdo cuál es el problema y una vez identificado esto, la solución será más fácil”.
Opinó que estos tres problemas estructurales de Pemex pueden atenderse con una reforma energética en diferentes ritmos, pero lo importante “es definir ahorita y empezar a trabajar ahora”.
Para Montemayor Seguy la reforma debe proponer maximizar la renta petrolera y contribuir al desarrollo nacional, así como establecer reglas claras para que Pemex y CFE se asocien con capital privado.
“El riesgo que existe es que el Congreso no logre sacar una reforma, y si no se modifica las cosas seguirán como están, pero no están bien”, finalizó.