Madonna controlaba a Ritchie por medio de sus cláusulas, como en las que decía cuándo podían tener sexo, le exigía no gritarle o estudiar la Cábala. (Archivo)
Madonna trató de controlar la vida de su ex esposo, el cineasta británico Guy Ritchie, al obligarlo a firmar un “contrato matrimonial” que establecía cuántas veces la pareja debía mantener relaciones sexuales y cuántas salidas debía hacer en familia y solitarios por semana.
El contrato, que fue firmado por ambos en el 2006 en la ciudad de Nueva York tras las primeros problemas matrimoniales, establecía que Ritchie “debía trabajar para enriquecer la vida emocional y espiritual de su esposa”.
Otra de las cláusulas, según comentan los allegados al cineasta, era que Ritchie tendría que dedicar varias horas a la semana a la lectura de los preceptos de la Cábala, según confió la fuente que guardó el anonimato.
También en ese mismo contrato instruía al director de cine a resolver conflictos en su matrimonio, no gritarle a su esposa y le decía cuántas veces debía tener sexo con ella.
Ritchie, en diversas ocasiones dijo que el contrato lo obligaba a ser sumiso con Madonna y eso no lo soportó por mucho tiempo.
“Guy se sentía totalmente controlado, como un pescado en cautiverio”, declaró al tabloide sensacionalista The Sun.
En tanto, Madonna se refiere ahora a su esposo como material Guy (el chico material), al afirmar que éste quiere quedarse con gran parte de su fortuna, estimada en los 360 millones de dólares.
La cantante acusa además a su ex marido de haberla “abandonado emocionalmente” durante momentos claves de su vida, como la adopción del niño David Banda, y de ser un “retardado emocional”.
Un amigo de Ritchie comentó que esta personalidad controladora de Madonna fue lo que terminó por enfriar al cineasta, además, que “La Reina del Pop” nunca tenía tiempo para él, quien al sentirse abandonado, recurría a las salidas con sus amigas, lo que encelaba profundamente a la cantante.
Esta y otras intimidades han salido a la luz a raíz de que Madonna y el cineasta hicieran pública su decisión irrevocable de divorciarse.
Lo cierto es que ambos famosos ya han contratado a los abogados del Reino Unido para enfrentar el trámite de su divorcio.