Rafael Solano Amaya, trabajador del Ayuntamiento que participa en la campaña de limpieza de lotes baldíos.
Durango. Rafael Solano Amaya es uno de tantos trabajadores del Ayuntamiento que se desempeñan en las cuadrillas que limpian los lotes baldíos en la ciudad. Platica que es mucha la basura que se ha logrado recolectar y la hierba que han cortado, lo que ha representado para ellos el riesgo de alguna picadura de insecto ponzoñoso o el disgusto de tener que levantar animales muertos; pero aparte de recibir un salario por ello, vale la pena ver cómo queda limpio Durango.
¿Cómo es su jornada laboral?
“Empezamos a las 8:00 de la mañana y terminamos a las 7:00 de la tarde, pero tenemos tiempo para almorzar y comer, en lo que desyerbamos y acarreamos la basura”.
¿En dónde te ha tocado trabajar?
“A mi cuadrilla le tocó limpiar casi todo el fraccionamiento San Ignacio, lo dejamos bien limpiecito, además hemos andado atrás de la maquila que está sobre Circuito Interior y en colonias cercanas al bulevar Durango”.
¿Han encontrado algún animal venenoso o algo raro durante esta limpieza?
“A nosotros no nos ha tocado ver víboras, pero sí alacranes, muchas arañas, ratas y ratones, además de gatos y perros muertos, que ésos sí huelen muy feo, pero pues es parte de la chamba”.
¿Te gusta lo que haces?
Me gusta y necesito trabajar y pues la verdad da gusto ver cómo quedan los lotes baldíos, que parecían selva, ya después de que nos metemos a limpiarlos, por eso de alguna manera pongo así como mis compañeros un granito de arena para que la ciudad de Durango se vea bien.
Daniel Estrada