¿Quién encenderá el pebetero olímpico?

Yao Ming, tal vez el deportista más famoso de la China actual, fue ayer uno de los portadores de la antorcha en la antepenúltima etapa, lo que significa que uno de los que eran favoritos a encender el pebetero olímpico no va finalmente a hacerlo.

Aumenta, por tanto, la duda sobre quién va a ser el último portador de la antorcha, honor que suele ser secreto hasta el último momento y que en tiempos recientes ostentaron el paralímpico español Antonio Rebollo (Barcelona 92), la leyenda del boxeo Mohammed Ali (Atlanta 96), la atleta aborigen australiana Cathy Freeman (Sydney 2000) y el windsurfista griego Nikolaos Kaklamanakis (Atenas 2004).

Durante mucho tiempo se pensó que en Pekín 2008 la responsabilidad recaería sobre Yao o quizá en el campeón olímpico de 110 metros vallas Liu Xiang, ambos convertidos en estrellas mediáticas del deporte chino y que se cuentan entre los pocos deportistas locales que se han ganado fama internacional.

Pero Yao se autodescartó ayer, al pasar con la antorcha justo por delante del retrato de Mao Zedong en Tiananmen, y Liu llevó la llama olímpica el 31 de marzo también en la famosa plaza pequinesa.

Con las dos estrellas fuera de las apuestas, cobra fuerza la idea de que el último portador de la antorcha sea un deportista retirado, o alguien "simbólico" en algún aspecto.

El favorito para muchos es He Zhenliang, el hombre que más luchó para que los JJOO llegaran al país más poblado del mundo: He, de 79 años y miembro del Comité Olímpico Internacional desde hace casi tres décadas, impulsó tanto la fallida candidatura de Pekín 2000 como la de Pekín 2008.

Si Pekín, en cambio, opta por dar el honor a una vieja leyenda del deporte, quien más fácil lo tiene es el ex gimnasta Li Ning, que se convirtió en la primera estrella olímpica china al ganar tres medallas de oro, dos de plata y una de bronce en Los Ángeles 1984, primeros Juegos en los que participó el régimen comunista.

Rizando el rizo, si se elige a una leyenda olímpica china también se podría optar por el tirador Xu Haifeng, quien en 1984 logró el primer oro en la historia del país, en la modalidad de pistola libre.

Pero Pekín 2008 también podría inclinarse por un último relevista que inspire superación ante la adversidad y emocione a los más de 100,000 espectadores que habrá en el estadio del Nido de Pájaro:

Por ello se piensa que el pebetero quizá sea encendido por la gimnasta de 16 años Sang Lan, una joven promesa que en 2007 sufrió un grave accidente y quedó parapléjica, logró recuperarse casi "de milagro" y hoy trabaja como presentadora de televisión.

No es probable que China opte por darle la última antorcha a un líder político, dado que Pekín 2008 ha prometido una ceremonia de inauguración "despolitizada" y sin retóricas comunistas, pero aun con todo, no se puede descartar del todo que el primer ministro, Wen Jiabao, encienda el pebetero.

Wen es un político muy popular entre los chinos, por gestos como el de visitar en el pasado mes de mayo la zona asolada por el terremoto de Sichuan apenas horas después del seísmo.

Además, es un gran amante de los gestos de cara a la galería, frente al perfil más discreto del presidente Hu Jintao (quien de todas formas ya tuvo en sus manos la antorcha en marzo).

El terremoto dejó este año una profunda herida en China, que esperaba que el 2008 fuera un año de fiesta pero acabará recordando la fecha por el seísmo de Sichuan, así que también es verosímil pensar que el pebetero pudiera ser encendido por un superviviente de la tragedia, tal vez un deportista de la provincia.

Una última teoría plausible es que el pebetero sea encendido por un tibetano o un uigur, minorías étnicas de regiones con importantes focos independentistas, aunque con ello Pekín 2008 corre el riesgo de que el gesto sea tomado por propaganda política.

Además, ya fue una tibetana, Ciren Wangmu, la que llegó con la antorcha a la cima del monte Everest, en el simbólico acto del pasado 8 de mayo, por lo que no es muy probable que Pekín repita esta maniobra.