Un fotógrafo brasileño ha llegado a Santiago de Compostela (noroeste), en una escala de la ruta que comenzó en París y que finalizará en Johannesburgo (Sudáfrica), para llamar la atención sobre los problemas de visión que afectan a los niños de los países menos desarrollados.
José Geraldo de Souza Castro destacó, tras finalizar el camino de Santiago, que su llegada a esta ciudad es "un sueño" pendiente desde 1982, año en el que visitó España con motivo del Mundial de futbol que se celebraba por esas fechas.
José Castro, de 50 años, culmina etapa en la ciudad compostelana, a dónde ha llegado para "llamar la atención sobre dos de los principales problemas que afectan a la visión de los niños, en los países menos desarrollados, la catarata y el glaucoma", indicó.
El camino para difundir el proyecto "Mundos extremos" comenzó en la ciudad de la luz, París, y terminará en Johannesburgo (Sudáfrica) en 2010, coincidiendo con la celebración del Mundial.
El Club de Leones Internacional, al que pertenece, tiene una campaña que se llama "Sight First", que "pretende recaudar en el presente año 200 millones de dólares para invertir en la construcción de hospitales y en equipamiento sanitario", explicó.
El cochecito de pedales en el que viaja, con el que ha cubierto las 306 horas que separan Santiago y París, está fabricado en metal y lleva acoplado un remolque, que pesa aproximadamente "100 kilogramos", con el equipaje y una tienda de campaña.
"Pepe Pedales", como se le conoce en su país de origen, destacó que "hacer el camino de Santiago ha sido importante, tanto para el proyecto, porque he conocido a personas fantásticas" como para "encontrarse a sí mismo".
Recordó especialmente el recibimiento que le brindó una chica a su paso por Francia, pues tras ver la bandera de Brasil, detuvo su coche y le invitó a dormir en su casa, en la que fue recibido con un ramo de flores.
José Castro aseguró que en España había vivido las etapas de su viaje que más le habían exigido "físicamente", pero que África requeriría "gran concentración mental" por las exigencias del desierto.
Este fotógrafo, de vocación aventurera, explicó que "quiere devolver a la sociedad" lo que ella le ha dado mediante la defensa de "proyectos sociales y medioambientales".
