“Morante de La Puebla’’, torero de cuna al que los conocedores califican como un diestro natural con grandes dones para la fiesta brava.
El Siglo de Torreón.
TORREÓN, COAH.- El nombre de José Antonio Morante Camacho quizá no diga mucho, pero referirse a José Antonio “Morante de La Puebla” dentro del ámbito taurino, sin duda que todo elemento que gusta de la fiesta brava de inmediato lo ubicará como uno de los máximos exponente españoles en el arte del toreo en el mundo.
Este ibérico vio la primera luz un dos de octubre de 1979 en el corazón de Sevilla, cuna de grandes toreros, aunque sin antecedentes personales en el ruedo, sólo su gran vocación por este arte.
La primera vez que este elemento toreó fue a la edad de cinco años en la finca de Pérez de la Concha, aunque de forma oficial lo hizo en su pueblo natal, La Puebla del Río (Sevilla), el día de Corpus, justo a los nueve años de edad.
Su dedicación y amor por el arte taurino rindieron frutos al debutar con picadores el día 16 de abril de 1994 en Guillena, región de Sevilla, donde lidió novillos de Carlos Núñez.
Tras una importante etapa de fogueo tomó su alternativa como matador de toros el 29 de junio de 1997 en Burgos, plaza en la que lidió astados de Pedro Domecq. Como padrino de esta memorable tarde fungió César Rincón, mientras que Fernando Cepeda fue el testigo de honor.
Esa tarde, “Morante de La Puebla” logró cortar dos orejas, triunfo que le permitió entrar por la puerta grande al grupo de matadores de toros.
Su confirmación se presentó el 14 de mayo de 1998 y fue Julio Aparicio quien le cedió los trastos en presencia de Manuel Díaz el “Cordobés”.
Por su naturalidad estética mostrada en la forma de interpretar el toreo, los conocedores lo califican como un torero de cuna, que nació para estar frente a los astados, ya que muestra formas espontáneas y sin premeditaciones; es un torero fresco.
Sevillano a morir, “Morante de La Puebla” es considerado como el más artista de la nueva generación de toreros, al ser considerado heredero directo de quienes encumbraron el toreo de su región. Morante sigue la línea iniciada por “Chicuelo” y continuada por Pepe Luis, Pepín Martín Vázquez o Manolo Vázquez, y la adapta a nuestros tiempos porque este torero posee una marcada personalidad en la cara del toro.
Morante es artista y es capaz, y echando mano de ambas virtudes se ha abierto camino en el toreo, considerándosele una de las máximas figuras del momento. Ha conquistado Sevilla, pero también el alma de todos los aficionados que saben paladear el arte.
SUS AFICIONES
Entre sus aficiones fuera del ruedo, figuran: La caza, el boxeo, el balompié y en general todos los deportes, aunque uno de sus grandes gustos se refiere a la música.
Amante de la vida de campo, “Morante de La Puebla” afirma tener un cariño especial a su pueblo natal La Puebla del Río (Sevilla), además de que los viajes sólo los hace para torear; siente un gusto especial por hacerlo a sitios con playa.
EN LA LAGUNA
El torero sevillano será parte del cartel programado para desarrollarse el sábado nueve de febrero en el Coliseo Centenario de Torreón, donde alternará con los mexicanos Eloy Cabazos y el juvenil Joselito Adame, elementos representantes de diferentes generaciones, pero con calidad de sobra para disputar el triunfo ante cualquier alternante.