Vendedores preparan la comida en el campamento que instalaron cerca del Museo Arocena. (Fotografías de Fernando Compeán)
Cierran policías calles Cepeda y Valdés Carrillo; vendedores bloquean avenidas Juárez e Hidalgo.
Las calles del Centro Histórico amanecieron ayer sin comerciantes informales, libres de vendedores de frutas, discos, bisutería y productos chinos. No fue un lunes cualquiera, pues la antigua zona comercial, durante las primeras horas del lunes, estuvo acordonada y resguardada por policías.
Ahora fueron las autoridades municipales las que bloquearon las calles. La Cepeda y la Valdés Carrillo fueron cerradas definitivamente al tránsito vehicular desde avenida Juárez hasta Presidente Carranza; a partir del primero de julio comenzará ahí la construcción del nuevo Paseo Comercial Centro Histórico donde se pretende reubicar a 340 ambulantes.
Ayer no hubo ruido de vendedores de discos pirata, tampoco el movimiento cotidiano de la instalación de los puestos de lámina, ni el paso de los triciclos cargando la fruta en hielo, las galletas de nata, las latas de espuma, los elotes calientes. Los puestos y vehículos se quedaron en las pensiones de la avenida Presidente Carranza, resguardados por policías municipales.
A las 8 de la mañana, todo era expectación, incredulidad y hasta lágrimas porque los agentes impidieron a cientos de comerciantes la instalación de los puestos que desde hace décadas ocupaban las banquetas de las avenidas Hidalgo y Juárez, y las calles aledañas a la Cepeda y Valdés Carrillo.
Solo hubo enfrentamientos verbales entre vendedores y policías, reclamos de lo que los primeros consideraron un abuso de autoridad. Pero nadie se atrevió a trastocar el orden pues varias patrullas permanecían en las esquinas listas para acarrear a los rijosos.
Ningún ambulante pudo comprobar sus derechos sobre el espacio público porque, aunque el viernes pagaron su “plaza”, la mayoría de los 550 que integran el padrón carece de permiso, según la Dirección de Plazas y Mercados. Los inspectores municipales fueron respaldados por los policías para realizar la revisión de permisos. La condición de las autoridades municipales para dejarlos trabajar nuevamente fue clara: “que aceptaran firmar la reubicación”.
Alrededor de las diez de la mañana, los vendedores desesperados respondieron a la acción de las autoridades con un bloqueo en las avenidas Hidalgo y Juárez, a partir de la calle Falcón a la Múzquiz. Esto trajo como consecuencia el caos vial, provocado sobre todo por el transporte público, y los agentes de tránsito fueron insuficientes para señalar rutas alternas. La situación hizo crisis al mediodía, porque al congestionamiento vial se sumó la falta de estacionamiento, situación que causó la ira de los automovilistas.
También los dueños de negocios establecidos que integran la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico fueron sorprendidos con el cierre de las calles Cepeda-Valdés Carrillo, por lo cual incrementaron las mantas de protesta bien rotuladas que colocaron en la parte alta de los edificios, con leyendas como: “Modernizar no es cerrar calles, es poner mejor alumbrado, mejorar la vialidad”.
Estas mantas contrastaban con las mantas de los ambulantes que, hechas con aerosol, acusaban al alcalde de “mentiroso y represor”. Gritaron y amenazaron pero se mantuvieron en pequeños grupos desahogándose con quien los escuchaba y esperando a su líder “Samuel” (González), quien nunca llegó con el amparo que desde la semana les había prometido.
Esta esperanza motivó a varios a seguir renuentes a firmar la reubicación y optaron por colocar un campamento en Hidalgo y Cepeda, a unos metros del Museo Arocena. Ahí improvisaron una fogata y en un comal prepararon la comida: papas con chile verde y carne, acompañado con sopa de fideo.
Autoridades municipales aseguraron que no habría marcha atrás en la prohibición para que los ambulantes ocupen nuevamente las banquetas, si no accedían a firmar.
Descalifican oposición
Félix Pérez, presidente de la Cámara de Comercio, consideró que la negativa de los ambulantes de la avenida Hidalgo a reubicarse a las calles Cepeda y Valdés Carrillo se debe a cuestiones partidistas.
“Desgraciadamente, nosotros pensamos que hay terceras personas que están metiéndose en esto, partidos políticos, hay gente que está tratando de que esto no se mueva porque ya vienen las elecciones a diputados, luego a presidente municipal, esta gente en lugar de ayudar está perjudicando”, manifestó.
Por otra parte, señaló que los comerciantes establecidos que están en contra del cierre de calles del Centro Histórico no representan ni el dos por ciento de los mil 714 agremiados al organismo, que están a favor de la modernización del sector, pues menos del 40 por ciento de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico forma parte de la Canaco. (Por Fabiola Pérez-Canedo)