Una rara plaga en los cultivos de tomate en el ejido Santa Elena de San Pedro ha provocado que la cosecha no crezca de manera normal.
Campesinos sampetrinos piden apoyo de las autoridades agropecuarias
Una rara plaga en los cultivos de tomate ha impedido el crecimiento normal de las matas, las que han crecido a la mitad de su producción. Lo anterior ocurre en el ejido Santa Elena de este municipio, donde los campesinos se sienten desprotegidos por las autoridades agropecuarias quienes “ni siquiera se paran por aquí”.
Por tanto, no sólo la siembra del melón se encuentra en una situación crítica, como dice el comisariado ejidal de este poblado, Isidro Chihuahua Sánchez, así como el productor Arnulfo Soto Galindo, “también en los cultivos de tomate se está dando”, pues la cosecha de 2008 será menor a la de los últimos dos años.
Santa Elena es un ejido compuesto por 142 ejidatarios, donde más de la mitad ya no siembra y sólo vende sus derechos de agua. “Somos pocos los aferrados, quienes aun cuando enfrentamos muchos problemas no queremos dejar la tierra”, expuso Chihuahua Suárez.
Soto Galindo también manifiesta que ha batallado mucho para lograr la siembra. “De hecho, ya para el 5 de julio debió estar lista la cosecha de resiembra, porque por dos veces volví a sembrar en 8 áreas, pero algo le ha pasado a la planta o a la tierra de esa franja, pues una rara plaga no ha permitido su desarrollo normal”.
“Conseguí otra vez la planta y volvía a ponerla en esa zona, pero no ha funcionado y aquí es cuando necesitamos a la gente de Sagarpa, para que venga a analizar la tierra, pero salen con que uno tiene que contratar a un técnico... sí, pero la bronca es que no tenemos dinero”.
Manifestó que las plantas que sembró no traían ninguna plaga, pero no se han desarrollado a toda su capacidad. “En la tierra, sólo en ese punto, yo creo que está el mal, pero uno no tiene dinero para darle un tratamiento a la tierra como sugieren en Sagarpa, quienes nada más hacen este tipo de indicaciones atrás de un escritorio y no vienen al campo como debe ser, para que vean cuál es el problema real..”.
Otra dificultad para Soto Galindo, quien tiene como unos 10 años sembrando tomate, es el agua. “Ya nos quitaron este apoyo gubernamental y ahora así nos vamos, con la ayuda de Dios y esperando que llueva”.
El reclamo de Chihuahua Sánchez y de Soto Galindo con respecto al agua es: “nosotros pagamos lo mismo que se paga por el algodonero y entonces qué pasa... por qué nos restringen así”, cuestionaron.
Bajo estas condiciones Soto Galindo estima que producirá unas mil rejas de tomate este año, contrario a lo que sucedió hace dos años, cuando se lograron 2 mil rejas, “luego viene el problema de la comercialización, pues de 100 hasta 120 que es el precio razonable de la caja, da el bajón hasta 15 ó 25 pesos, lo que es injusto”.
¿QUÉ SUDECE?
La explicación que ofrece Antonio Martínez Cepeda del Departamento de Sanidad Vegetal ubicado en las oficinas del Cader en San Pedro, sobre la situación en Santa Elena, es que ahí ha persistido el verticillium, un hongo que provoca la sequedad en la tierra.
“Ahí la sugerencia para los productores es que antes de sembrar, realicen un tratamiento a la tierra, pero la verdad es que su situación económica no se los permite”, manifestó.
También informó que son muchas las plagas que pueden afectar la siembra del tomate como: el gusano del fruto, el soldado, el alfiler y hasta las chinches.
