Las FARC ratificaron su voluntad de mantener un "diálogo epistolar" con un centenar de intelectuales, políticos y activistas colombianos, al tiempo que se quejaron que el gobierno del presidente Alvaro Uribe capitalizara a su favor la "acción de un traidor" que desertó de la guerrilla llevando consigo a un secuestrado que tenía ocho años en cautiverio.
El comunicado de tres puntos de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) está fechado en las "montañas de Colombia" el 30 de octubre y fue publicado este martes en la página de internet de la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), que suele difundir entrevistas y notas de las guerrillas.
"Por encima del incidente fortuito (de la fuga del rebelde con el secuestrado), el diálogo epistolar se mantendrá porque entendemos que la solución política a los problemas de la guerra y la paz sigue siendo preocupación fundamental de la inmensa mayoría de los colombianos", dijo el secretariado o dirección de siete miembros de las FARC en su breve nota.
Un centenar de activistas, políticos de izquierda e intelectuales dirigieron el 11 de septiembre una carta abierta a las FARC invitándolos a un diálogo público con cartas públicas para acercar posiciones y eventualmente llegar a una negociación de un canje o intercambio de secuestrados en manos de los rebeldes por guerrilleros en prisión.
Esa negociación de canje entre el gobierno y los rebeldes se ha imposibilitado debido a desacuerdos de las partes sobre puntos que van desde dónde realizarlo hasta el retiro de la fuerza pública donde se dialogaría.
Como alternativa a esa falta de diálogo, surgió la iniciativa de las cartas públicas, un gesto impulsado entre otros por la senadora Piedad Córdoba, del opositor Partido Liberal y quien ha trabajado por la liberación de rehenes.
Las FARC aceptaron ese diálogo el mes pasado, cuando sorpresivamente un comandante de un frente guerrillero en el oeste del país desertó de las filas llevando consigo al ex congresista Oscar Tulio Lizcano.
Ambos estuvieron tres días huyendo en las selvas del departamento de Chocó, al oeste colombiano, hasta dar en esa región con una patrulla del ejército el 26 de octubre.
Lizcano, de 62 años, había sido plagiado por las FARC en el 2000 y ha dicho que fue el rebelde Wilson Bueno, alias Isaza, quien le propuso la fuga y le ayudó en la caminata por la selva.
"Como gran manipulador de la opinión el presidente Uribe ha pretendido capitalizar a su favor este hecho (de la liberación de Lizcano) que dependió, no de su gobierno, sino de la acción individual de un traidor...de un desertor", dijo el comunicado rebelde.