Un 80% de las consultas médicas son por algún tipo de dolor.
Hay gente que considera que el sufrimiento físico es un precio que debe pagar, ya sea por la edad o como herencia de un traumatismo.
La idea de que el pueblo mexicano soporta estoicamente toda molestia física, es la causa de que muchas personas se automediquen, sin llegar al origen real del dolor.
Al no recurrir a un profesional de la salud, no sólo no se logra sanar la fuente del dolor, sino que gastamos una fortuna en medicamentos que únicamente nos ayudarán temporalmente, pero que a la larga puede ser contraproducente.
Esto tiene graves repercusiones, pues además de atormentar física y mentalmente a las víctimas, el dolor es una de las principales causas de incapacidad laboral con un promedio de 20 días de ausencia por persona económicamente activa.
Pesos y pesares
De 2004 a 2006, se expidieron 340 millones de recetas, de las cuales 11% fueron para antiinflamatorios y antirreumáticos, 9% para analgésicos, lo que da un total de 68 mil prescripciones sólo para el dolor.
En costo real, en México, se gastan 17 mil millones de pesos al año para la adquisición de dichos medicamentos.
Según el Índice Nacional de Terapéutica y Enfermedades, existen en México unos 25 millones de personas que padecen dolor agudo y crónico. Un 80% de las consultas médicas son por algún tipo de dolor.
Para miles de mexicanos el que un dolor severo sea aceptable, sugiere que no es necesario tratarlo, cuando en realidad afecta la existencia, con una menor recuperación funcional, peor calidad de vida, una estancia hospitalaria más larga y un mayor costo.
Es inadecuado no tratar un dolor intenso porque el paciente considere que lo puede aguantar.
Experiencias vitales
La especialista comenta que con la combinación de ketorolaco más tramadol, los médicos cuentan con una opción para tratar el dolor agudo, de moderado a severo, de aquéllos enfermos que llegan a sufrir algún padecimiento músculo-esquelético, como fracturas y esguinces.
Este tratamiento tiene particular eficacia después de las cirugías al brindar control del dolor, en el paciente, lo cual es fundamental en su recuperación.
Nuestros pacientes no deben aprender a vivir con dolor, sino que deben seguir las indicaciones de su médico en los tratamientos preescritos de manera correcta, ya que el no hacerlo produce daños mayores a largo plazo.