Dos mujeres pakistaníes introducen sus papeletas en una urna de un colegio electoral en Peshawar, Pakistán, hoy lunes 18 de febrero. Las cruciales elecciones al Parlamento pakistaní se celebran hoy entre el temor a actos violentos y la sospecha de un posible amaño de los resultados por los partidarios del presidente, Pervez Musharraf. (EFE)
Los paquistaníes sufragaron hoy para renovar el parlamento, un paso clave hacia la democracia tras ocho años de régimen militar del presidente Pervez Musharraf.
La participación, no obstante, pareció escasa debido al temor de ataques milicianos y la apatía de los votantes.
Musharraf prometió cooperar con el nuevo gobierno, independientemente de qué partido resulta el ganador de las elecciones parlamentarias, las que podrían dejar su permanencia en el poder en entredicho.
El mandatario se pronunció la declaración en comentarios a la televisora nacional, luego de votar en Rawalpindi.
"De mi parte diré que, independientemente de qué partido político gane, sea quién sea quien se convierta en primer ministro y ministros en jefe, los felicito. Y les daré toda mi cooperación como presidente, sea cuál sea mi papel", dijo Musharraf en declaraciones a la televisión estatal.
Cerca de 81 millones de paquistaníes estaban en condiciones de elegir un nuevo congreso nacional y legislaturas provinciales. Las urnas cerraron a las 5.00 de la tarde (1200 GMT), aunque los votantes que estaban en fila podían emitir sus sufragios.
Más de 470 mil policías y soldados fueron destacados en toda la nación tras una ola de ataques dinamiteros suicidas, incluido el asesinato del 27 de diciembre de la ex primera ministro Benazir Bhutto, que forzó una postergación de seis semanas en la votación. Al menos 46 personas murieron el fin de semana en un atentado con una bomba cerca de la frontera con Afganistán.
Los hechos de violencia entre grupos políticos rivales en la provincia de Punjab mataron a por lo menos nueve personas y lesionaron a decenas más desde el domingo en la noche, entre ellos un candidato a legislador provincial del partido opositor del ex primer ministro Nawaz Sharif, dijeron las autoridades.
Dos personas murieron y 10 resultaron heridas en enfrentamientos entre grupos políticos rivales en la provincia de Sindh, manifestaron los funcionarios.
La antipatía general ante el apoyo de Musharraf a la guerra contra el terrorismo de Estados Unidos podría tener impacto negativo sobre sus aliados políticos, así como podría tenerlo su reciente declaración de emergencia y la purga del poder judicial, a fin de asegurar su controvertida reelección como presidente en octubre.
Una fuerte victoria de la oposición, encabezada por el Partido Popular de Pakistán (PPP) de Bhutto, dejaría a Musharraf políticamente vulnerable, incluso bajo riesgo de un juicio político.
"Es el destino del Partido Popular de Pakistán el ganar y cambiaremos el sistema luego de ganar", dijo el viudo de Bhutto, Asif Ali Zardari, luego de emitir su voto en su población natal, Nawab Shah.
Dos sondeos de opinión realizados por grupos estadounidenses han sugerido que si los comicios son justos, el partido de Bhutto triunfaría, seguido por la fuerza opositora de Sharif. El partido que apoya a Musharraf, la Liga-Q Musulmana de Pakistán, se ubicaría en tercer lugar.
Los políticos de la oposición han acusado al gobierno de planear una votación fraudulenta, y han amenazado con protestas callejeras.
Musharraf, que recientemente renunció a su cargo de jefe del ejército, advirtió que no tolerará esas protestas.
La participación en muchas regiones del país parecía escasa, posiblemente por debajo del 41% registrado en los últimos comicios generales, en el 2002.