El público congestionó ayer por la tarde las calles de las ciudades y pueblos españoles para presenciar la tradicional cabalgata de los Reyes Magos. (Fotografías de EFE)
Sus majestades, acompañados por sus respectivos pajes, repartieron miles de juguetes, caramelos y mucha ilusión entre los pequeños.
Miles de niños recibieron ayer a los Reyes Magos de Oriente en ciudades de toda España donde, un año más, se repitieron las tradicionales cabalgatas en las que sus majestades, acompañados por sus respectivos pajes, repartieron miles de juguetes, caramelos y, sobre todo mucha ilusión, entre los pequeños.
Llegados en barco, tren, helicóptero, a lomos de dromedarios o incluso en esquís, los Reyes recorrieron el centro de pequeñas y grandes localidades que, para este día tan especial, organizaron espectáculos paralelos de música, comparsas, grupos folclóricos o gigantes y cabezudos.
En Madrid, el cielo fue el eje argumental de la cabalgata, con una comitiva real en la que estaban representadas las tres constelaciones: Pegaso (Melchor), Pez Austral (Gaspar) y Capricornio (Baltasar).
Las tres carrozas discurrieron por el eje central de la capital, el Paseo de la Castellana, acompañadas por tres ángeles suspendidos sobre tres planetas, símbolos del oro, el incienso y la mirra, además de por una comitiva de más de cien pajes, caballos y escuadrones.
Y en Barcelona, una veintena de comparsas recibió a los Reyes a su llegada al puerto de la ciudad, y les acompañaron en un desfile posterior en el que se escenificó el diálogo entre las diferentes culturas ya que Melchor llegó procedente de Asia, Gaspar del mundo árabe y Baltasar del África subsahariana.
El espectáculo se repitió en otros muchos lugares donde políticos, deportistas, toreros o ciudadanos de a pie tuvieron la oportunidad de encarnar a los tres Reyes que, una vez más, tendrán pendientes a los niños españoles que esperan que durante la noche pasen por sus casas para dejar los regalos que les han pedido.
Como manda la tradición, antes de acostarse deberán dejar algo de comida y bebida para que tanto ellos como sus camellos puedan reponerse de su largo viaje, y también sus zapatos o botas para que dejen junto a ellos los regalos que pidieron en sus cartas.
La noche será larga para los más pequeños, y más corta de lo que quisieran para los mayores, que también esperan encontrarse con alguna sorpresa este 6 de enero, día de la lotería de “El Niño”, del típico roscón de Reyes y del final para las fiestas navideñas en España.
