El nuevo contralor general del Instituto Federal Electoral (IFE), Gregorio Guerrero Pozas, advirtió que asume el cargo con el mandato de vigilar que cada peso que gaste el órgano electoral sea bien invertido en los fines sustantivos que la ley le ha encomendado.
El funcionario, quien este viernes rinde protesta ante el Consejo General del IFE, aseguró que realizará una estricta vigilancia de los acontecimientos administrativos y financieros de la institución y garantizó que actuará con plena independencia tanto de la Cámara de Diputados como de los consejeros electorales.
Guerrero Pozas fue entrevistado a su arribo a la sede del órgano electoral en su primer día formal de labores tras haber sido designado para su nueva responsabilidad el pasado 30 de abril por una mayoría de 367 votos.
Ofreció que luego de asumir el cargo su primer compromiso será trabajar "muy fuerte en la contraloría", y anunció que entre sus primeras acciones se encuentra la de llevar a cabo un diagnóstico del estado en que se encuentra el área que le ha sido encomendada.
"Habiendo hecho el diagnóstico correspondiente habrá que ver los puntos débiles de la posible actuación de la contraloría anterior y cubrirlos para dejar satisfecho el trabajo interna y externamente", apuntó.
Gregorio Guerrero subrayó que la contraloría del IFE ha sufrido también una transformación derivada de las recientes reformas legales en materia electoral, pues ha dejado de ser un órgano interno para convertirse en uno general cuyo titular no es designado por el consejo general sino por la Cámara de Diputados.
Insistió en que a partir de las recientes modificaciones legales al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) en lo que tiene que ver con las nuevas atribuciones de la contraloría general, el primer paso es hacer un diagnóstico del área.
"Tenemos que ver qué clase de trabajos fueron los que se hicieron y, en su caso, desde luego, podemos hacer las revisiones" correspondientes, dijo.
Sobre si la creación de la contraloría general podría afectar la autonomía e independencia de la institución, indicó que su responsabilidad será poner "mucho énfasis en la parte de revisión del gasto que se genera en el instituto, pero siempre con la intención de aplicar la ley correctamente y pensando en que la operación del IFE siga siendo fluida y correcta".
El nuevo contralor general del IFE, quien durará en el cargo siete años con la posibilidad de ser reelecto, se definió como una persona que a lo largo de su trayectoria profesional se ha caracterizado por su independencia.
Consideró que ese fue uno de los méritos que le permitió haber obtenido las más altas calificaciones en el proceso de selección y el respaldo de los legisladores para ocupar el cargo.
Manifestó que por ello su labor no responderá a los intereses ni de los diputados que lo eligieron, ni de los consejeros electorales con quienes trabajará de manera estrecha.
Añadió que la ley es clara y que tanto los consejeros electorales como el consejero presidente también gozan de independencia en el ejercicio de sus funciones, por lo que la contraloría no será un obstáculo para ellos.
"Creo que una de las cosas que los diputados cuidaron mucho fue mandar a una persona que se ha distinguido por su independencia; esto manda una señal clara de que es lo que quieren: independencia.
No estar trabajando para la Cámara de Diputados ni para el IFE".
Puntualizó que la contraloría general del instituto deberá ser "un ente autónomo en materia técnica y de gestión y que actúe de acuerdo a las disposiciones legales".
Respecto a la opinión que tiene sobre el IFE, Guerrero Pozas la definió como una institución que ha contribuido mucho en favor de la democracia mexicana.
Dijo que la importancia que tiene en la vida nacional ha propiciado que la gente esté al pendiente de ella con opiniones tanto a favor como en contra.
Pero en lo personal insistió en que el peso mayor de la institución radica en que ha "contribuido mayoritariamente a que las elecciones sean mejores y más creíbles".
