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RECETAS PARA LA VIDA / LAS COSAS NO SIEMPRE SON LO QUE PARECEN

Iliana Berezovsky y Becky Krinsky

CUANDO LA EDUCACIÓN ESCOLAR NO BASTA

Los estudios y la inteligencia no garantizan que una persona sea buena. Tener éxito a costa de hundir a los otros, sobresalir lastimando a los demás y tomar ventaja de la vida sin dar nada a cambio, éstos, son siempre indicadores seguros para perderse aún cuando se llega a la cima del mundo.

Armando siempre fue un niño muy inteligente, quizá aun más que todos aquellos chiquillos que lo rodeaban. Comenzó a mostrar señales de que tenía una inteligencia superior desde muy temprana edad. Sus padres estaban muy ilusionados de lo que su hijo podría alguna vez llegar a ser. Sabían que si le daban la educación adecuada él triunfaría en su vida. Como muchos otros padres afirmaban que la función más importante de los padres debía ser cerciorarse que el niño tenga la mejor educación escolar donde se obligará recibir la información necesaria para conseguir el éxito esperado.

En la escuela, Armando captaba rápidamente y sin esfuerzo lo que le enseñaban y le gustaba burlarse de aquellos niños que tenían mayor dificultad para aprender. Los maestros pasaban esto por alto ya que Armando se destacaba en los estudios, el resto, era un problema a resolver entre los niños. Con el tiempo Armando comenzó a ser más arrogante y desafiante incluso con los maestros. Cuando les faltaba el respeto, se ganaba el aplauso de los niños más rebeldes de la clase. Sus padres creían que la conducta de su hijo era debido a que sus maestros no eran lo suficientemente competentes para mantener su interés y ganarse el respeto.

Se sentían muy orgullosos de su hijo y por ello estaban dispuestos a pasar por alto los malos modales que tenía en la escuela y en la casa y los gritos que le daba hasta a su madre.

Durante la adolescencia, Armando podía pasar sus cursos sin dificultad alguna y salía a tomar con sus amigos, experimentar a veces con drogas y de vez en cuando hacer actos de vandalismo.

Debido a sus altas calificaciones entró a una muy buena universidad y al graduarse consiguió un muy buen trabajo con una gran firma donde debía manejar las cuentas de grandes inversores. Se casó con una mujer que estaba más impresionada con su dinero que con sus valores. Armando la trataba en forma despectiva, le exigía que lo atendiera como a un rey y a cambio le dejaba gastar la cantidad de dinero que ella quisiera.

En el trabajo, Armando comenzó a percibir modos de enriquecerse rápidamente cometiendo fraude y engaño a los inversores.

Pasaron los años y eventualmente dio un paso en falso y fue descubierto.

Hoy en día Armando está en la cárcel. Su esposa está pasando dificultades económicas y se siente muy deprimida. Sus hijos están creciendo sin un padre.

¿Qué fue lo que le pasó a este niño prodigio? Quizá fue el crecer en una sociedad donde se cree que la educación escolar es lo único importante y no darse cuenta que en realidad la formación académica sólo da conocimientos.

Los estudios y la inteligencia no garantizan que una persona sea buena. En cambio, el aprendizaje de buenos valores, respeto y la práctica de buenas acciones son los que llevan a que uno se convierta en un ser humano que tenga integridad, dignidad y que contribuya positivamente en la sociedad y viva plenamente.

TRANSMITIENDO VALORES

Ingredientes:

1 lata de honestidad.

2 tazas de responsabilidad.

2 cucharadas de compromiso.

3 gotas de altruismo.

1 rebanada de persistencia.

Espolvoree con práctica continua.

Condimentos:

Amabilidad, delicadeza, paciencia y buenos modales.

Modo de preparación:

Formar el carácter de la persona es la mejor educación que se puede dar. La base para una buena vida siempre radica en los valores que la persona tiene, la información sólo adorna más el mérito personal.

Los valores deben ser vividos para poder ser entendidos. Es la obligación como padre enseñar a sus hijos con compromiso y ejemplo logrando un aprendizaje auténtico y significativo.

La educación debe proporcionar sustancia. Cuando la persona tiene fuertes raíces puede encontrar su verdadera misión hasta en los momentos más difíciles.

Ser honesto. Es el ingrediente que le da el sabor único a esta receta.

“Una persona responsable con carácter e integridad duerme tranquilo”.

Ya tenemos las tarjetas, ¡pídelas!

www.recetasparalavida.org

recetasparalavida@gmail

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