ENCONTRADO LA FE EN EL VIAJE DE LA VIDA
Pedro es un niño de ocho años que está viajando solo en avión por primera vez.
Junto a él se encuentra sentado un alto ejecutivo que viaja en avión regularmente. El avión despega y después de un par de horas de vuelo, se escucha la voz del piloto anunciando que están por pasar por una zona de mucha turbulencia y que es preciso abrocharse los cinturones de seguridad, mantener la calma y no moverse de los asientos. El avión comienza a sacudirse violentamente. Se hace un silencio total, algunos pasajeros se tornan pálidos, otros sienten malestar físico, mientras que varios tratan de contener las sensaciones de miedo e incertidumbre. El ejecutivo amablemente se voltea y le dice al niño: “No te preocupes, todo va a estar bien. Sólo es un ratito de malestar pero pronto saldremos de esta zona”. El niño muy tranquilamente le contesta: “Sí ya sé, porque mi papá es el piloto”.
¿Cuántas veces hemos estado en situaciones similares donde necesitamos sentirnos seguros, con la certeza de que todo va a salir bien; que estamos protegidos y guiados por alguien más grande, más fuerte y más poderoso que nosotros mismos? Tal como se sintió Pedro cuando volaba en el avión donde su padre era el piloto. Es esto precisamente a lo que llamamos “Fe”.
Tener fe va más allá de una religión en particular. Es una elección, una búsqueda y un trabajo individual. Está comprobado que la gente que tiene fe goza de mejor salud, mayor tranquilidad, mayor alegría, más confianza y mayor esperanza. También incrementa el sentimiento de seguridad, bienestar personal, contribuye a mejorar las relaciones interpersonales y ayuda a encontrar el sentido a la vida.
RECETAS PARA LA VIDA
Encontrando la Fe
Ingredientes:
2 trocitos de aprecio.
1 cucharada de reflexión.
1 lata de confianza.
1 pizca de gratitud.
1 mano llena de Fe.
Condimentos:
Conocimiento, pasión y amor.
Modo de preparación:
La Fe es un ingrediente que casi todo cocinero posee aun cuando no recuerde que está allí, a veces escondida dentro de sí mismo. La Fe, ayuda y fortalece las recetas de la vida del alma. Si logramos descubrirla e incluirla en todos los platillos, la cocina logra adquirir un sabor especial, místico y sobretodo delicioso. El cocinero que logra encontrar la Fe dentro de su corazón, vive más tranquilo, seguro, tiene confianza y la transmite. La Fe es un ingrediente delicado, y muchos cocineros la descubren en momentos de crisis. Es un platillo ardiente, que puede contener mucha pasión. Mal utilizada, puede llevar a cometer injusticias; sin embargo bien utilizada, puede llegar a mover montañas y a producir platillos milagrosos.
La Fe es universal, no dogmatiza cuando es pura y verdadera, sólo encamina.
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