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RECETAS PARA LA VIDA

Iliana Berezovsky y Becky Krinsky

ENTENDIENDO A MI ADOLESCENTE

Marisol, Carmen y Raquel son tres buenas amigas desde la preparatoria; ahora son mujeres maduras, profesionistas y con hijos adolescentes. A Marisol y Carmen les cuesta trabajo comunicarse con sus hijas, con un simple “ya sé”, terminan cualquier conversación, aún antes de que haya comenzado.

Raquel, tiene un par de mellizos, de 16 años, a pesar de que se ven más maduros que su edad no dejan de ser adolescentes.

La diferencia entre estas tres amigas y su relación con sus hijos es muy simple; Raquel siempre tiene mayor sentido común, mantiene la calma y una distancia saludable que le permite mantener el buen sentido del humor y reírse de muchas cosas que hacen sus hijos.

Tanto Marisol como Carmen critican mucho a su amiga por no tomar la vida más en serio, Raquel sabe perfectamente lo que quiere y lo consigue sin estresarse. Deja que sus hijos vivan su vida mientras ella los guía con suavidad y elegancia. Siempre parte del punto donde se encuentran sus hijos, no se impone ni los obliga, incluso trata de que se sientan comprendidos y luego los guía hacia el buen camino. Su familia tiene compromisos a las que los mellizos deben asistir porque no son negociables, así es la regla. Los jóvenes pueden salir con sus amigos pero saben que deben regresar a un horario determinado, de lo contrario perderán ciertos privilegios.

Los mellizos se sienten cuidados y no quieren defraudar a sus padres. Raquel y su esposo siempre ponen el énfasis en la relación con sus hijos; son cariñosos, generosos y sobretodo les demuestran su interés y apoyo en todo lo que hacen.

Pareciera que son los padres perfectos, pero no lo son, se equivocan constantemente. Raquel se preocupa y se mortifica, recuerda su propia adolescencia y sabe que igual que las otras etapas de la vida, ésta pronto pasará.

RECETAS PARA LA VIDA

Ingredientes:

2 tazas de amor.

1 litro de comunicación.

½ taza de disciplina.

1 cucharada de compasión.

1 manojo de paciencia.

2 rebanadas de supervisión.

1 onza de espacio.

Espolvoree con mucha aceptación.

Condimentos:

Ojo noble, ingenio y consistencia.

Secreto de esta receta:

Crear un ambiente agradable y tranquilo facilita la comunicación y favorece la relación con el adolescente.

Modo de Preparación:

La adolescencia es una etapa difícil en la vida de cualquier persona. Está llena de cambios físicos y mentales; por eso es recomendable tener mucha paciencia y recordar que uno alguna vez también fue adolescente.

Los adolescentes necesitan independencia y también límites. Su espacio es vital para sentirse que están adquiriendo libertad, sin embargo necesitan los límites para sentirse seguros.

Los jóvenes creen que todo lo saben. A veces es difícil hablar con ellos. Salvo en aquellos momentos en que muestran una genuina disposición para escuchar y poder platicar abiertamente.

A medida que el adolescente se siente querido y aceptado, será más fácil entablar una buena relación, basada en una comunicación clara y directa.

“Es mejor nutrir la relación que pelear por determinar quién tiene la razón”.

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