El presidente iraní, Mahmoud Ahmadinayad (izquierda), recibió ayer al primer ministro iraquí, Nuri al Maliki en el palacio presidencial en Teherán, Irán. (EFE)
Niegan que el Gobierno iraquí forme parte de un posible ataque de Estados Unidos.
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, afirmó ayer que Irak nunca permitirá que su territorio sea utilizado por otro país para un ataque contra Irán o sus países vecinos, al inicio de su visita oficial de tres días por la república islámica.
“No permitiremos que Irak se convierta en una plataforma para perjudicar la seguridad de Irán y de sus vecinos”, afirmó al Maliki en referencia a la posibilidad de que Estados Unidos utilice sus bases militares para un ataque militar contra los iraníes.
En una entrevista con el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Manouchehr Mottaki, el jefe de Gobierno iraquí destacó las buenas relaciones diplomáticas que hay en la actualidad entre Irak e Irán y el respaldo mutuo en varios ámbitos.
Desde la caída del régimen de Saddam Hussein en marzo de 2003, las relaciones bilaterales han mejorado y han dejado atrás los rencores de la guerra que libraron ambos países entre 1980 y 1988, que dejó cerca de un millón de muertos.
“La seguridad en Irak y en Irán son prioridades para nuestros Gobiernos y por esto, no permitiremos que el territorio iraquí sea utilizado como base para acciones que afecten la seguridad iraní, reiteró, según un reporte de la agencia oficial IRNA.
Por su parte, Mottaki dijo que la visita de al Maliki a su país supone “un hito importante” porque permitirá ampliar la cooperación irano-iraquí en todos los campos, como la política, la economía, industria, cultura, defensa y seguridad.
Durante su estancia en Irán, el primer ministro iraquí informará al Gobierno iraní sobre el acuerdo de cooperación estratégica entre Estados Unidos e Irak que ha motivado recelos por parte del Gobierno en Teherán.
Al Maliki, quien llegó a la víspera a Teherán, se reunió también ayer con el vicepresidente de Irán, Parviz Davudi, quien destacó los obstáculos del exterior para impulsar el desarrollo bilateral y el esfuerzo de ambas naciones para superarlas.
“Teherán y Bagdad seguirán trabajando para impulsar su cooperación amistosa sin prestar atención a lo que hagan los demás en sentido contrario”, subrayó el vicepresidente iraní.
El impulso de estas relaciones, agregó, debe hacerse sobre la base de las muchas áreas comunes y de las capacidades existentes, como la producción de crudo, construcción de centrales eléctricas, cooperación aduanera, en transportes y en educación.