Las zonas rurales y obreras se opusieron casi por unanimidad al tratado, mientras que las zonas acomodadas de Dublin lo respaldaron. (AP)
La autoridad electoral de Irlanda informó que los ciudadanos rechazaron el tratado de reforma de la Unión Europea con 53.4% de los votos a favor del "no".
Los resultados del viernes revelaron que los sectores campesinos y obreros rechazaron el plan de la UE para modernizar sus poderes e instituciones en forma acorde con su rápida expansión desde 2004.
Irlanda fue el único miembro de la UE que intentó ratificar el Tratado de Lisboa por medio de un referendo, ya que los demás lo hicieron a través de sus parlamentos. El rechazo de Irlanda significa que no puede convertirse en ley en todo el bloque.
El primer ministro Dermot Ahern pronosticó que los 26 miembros restantes ratificarían el Tratado de Lisboa a través de sus parlamentos nacionales antes de fin de año.
"Si quedamos como el único país que no ratifica el tratado, esto traerá problemas. Estamos navegando aguas inexploradas", dijo.
En Bruselas, el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Barroso, dijo que el proceso de ratificación debería continuar. Por su parte, Francia y Alemania emitieron un comunicado deplorando el resultado del referendo.
"Se trata de un enorme revés para la clase política. Muestra que existe una desconfianza generalizada entre la clase trabajadora ordinaria", comentó el legislador Joe Higgins, el único miembro del Partido Socialista en el parlamento irlandés.
Las zonas rurales y obreras se opusieron casi por unanimidad al tratado, mientras que las zonas acomodadas de Dublin lo respaldaron. En la zona suburbana al sur de la capital, un distrito acaudalado y con un elevado índice de estudios, el "sí" se impuso por el 63% de los votos. Empero, la zona adjunta, mayormente obrera, se inclinó por el "no" en un 65%.
Enda Kenny, líder del principal partido opositor Fine Gael y uno de los más destacados a favor del "sí", sufrió una particular humillación al confirmar los resultados oficiales una mayoría del 61.7% a favor del "no" en su occidental Condado Mayo.
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durao Barroso, dijo que el proceso de ratificación del Tratado de Lisboa debería continuar a pesar del no irlandés.
"El Tratado no está muerto, creo que sigue vivo", dijo Barroso en una conferencia de prensa en la que admitió que "todas las indicaciones apuntan a que Irlanda ha votado no".
"El Tratado fue firmado por los 27 Estados miembros, por lo que hay una responsabilidad conjunta para afrontar la situación", añadió el presidente de la CE.
Barroso insistió que el resultado de la consulta irlandesa "no han resuelto los problemas" que el Tratado de Lisboa buscaba resolver, especialmente en la reforma institucional de la UE.
El presidente francés Nicolas Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel, en un comunicado conjunto, expresaron su convicción de que las reformas previstas por el tratado son necesarias para que la UE gane en eficiencia.