En sus 98 años de vida el Ángel ha sido sometido a tres restauraciones, la más reciente en mayo de 2006.
Escenario de fotografías familiares, festejos ciudadanos, así como de manifestaciones multitudinarias, la columna del Ángel de la Independencia ha quedado ya como un emblema que caracteriza a la ciudad pero no a la Independencia, consideró el escritor mexicano Carlos Monsiváis.
Entrevistado a propósito de los 98 años de este monumento histórico (efeméride que se cumplirá este martes), ubicado en el cruce de Paseo de la Reforma y la calle Florencia, afirmó que a casi 10 décadas de vida “el ángel carece de un pasado libertario”.
Para el periodista, cronista, ensayista y narrador mexicano es el ángel y no la independencia lo que interesa tanto. “El momento de la Independencia se quedó en el ángel”, opinó.
Todos sabemos, agregó el escritor, que México es independiente, así que es mejor rescatar la figura de un cielo inexistente.
De acuerdo con Monsiváis, el arquitecto Antonio Rivas Mercado, autor del proyecto, no se propuso regalarle un símbolo a la Ciudad de México, “símbolo extraído de muchos similares, sino celebrar la nueva simbología”.
“(Simbología) donde los héroes con el cura Miguel Hidalgo a la cabeza, se encuentran en la base, mientras en las alturas, un ángel de sexo indefinido representa la fuerza del espíritu”, añadió.
Inaugurado poco antes de que se iniciara la Revolución Mexicana, el monumento conmemora a los héroes de la lucha por la independencia y la libertad de los “americanos septentrionales”, que habitaban las colonias del Virreinato de la Nueva España, el Virreinato de la Nueva Galicia, la Capitanía General de Guatemala, Nuevo México, Texas y California.
Para este escritor, considerado una de las voces más reconocidas del panorama cultural hispánico, la construcción de esta obra del también autor del Teatro Juárez de la Ciudad de Guanajuato, obedeció a “satisfacer un capricho” del entonces dictador Porfirio Díaz, quien deseó conmemorar los 100 años de la lucha de independencia.
Inaugurado el 16 de septiembre de 1910, el Ángel vivió en 1957 su momento más difícil, al caerse de su columna corintia de 45 metros de altura, labrada en cantera, a causa de un terremoto de 7.0 grados en escala de Richter.
La figura conjuga el arte de Enrique Alciati (en la escultura principal y las que la acompañan, héroes, leones y símbolos), con la arquitectura de Antonio Rivas Mercado, en cuanto diseño general de la columna y sus cuatro niveles, así como la ingeniería de Roberto Gayol en su estructura de más de tres mil 500 pilotes de acero y madera.
En 1925, por orden del presidente Plutarco Elías Calles, los restos de los héroes de la Independencia de México fueron sepultados en el subterráneo de la Columna.
En el famoso mausoleo reposa la memoria de Miguel Hidalgo, Ignacio Aldama, José Mariano Jiménez, José María Morelos y Pavón, Vicente Guerrero e Ignacio Allende, así como Francisco Javier Mina, Nicolás Bravo, Mariano Matamoros, Andrés Quintana Roo y Guadalupe Victoria.
La única mujer que se encuentra en la Columna es Leona Vicario, debido a que la otra gran heroína de la independencia, Josefa Ortiz de Domínguez “La corregidora de Querétaro”, se mantuvo en esa ciudad.
En sus 98 años de vida ha sido sometido a tres restauraciones, la más reciente en mayo de 2006, a cargo del gobierno del Distrito Federal.
En aquella ocasión, la superficie de la Victoria alada fue renovada con más de 27 mil hojas de oro de 24 kilates.
Se restauraron además, las puertas de bronce del Mausoleo, así como las esculturas que los acompañan; se mantuvieron las escalinatas originales y se restauraron los mármoles de la columna y el piso.
Para reforzar la cimentación se inyectó concreto en las cabezas de pilotes y se colocaron lozas de cimentación donde se habían detectado huecos. Para evitar el hundimiento de la Columna de la Independencia se realizaron 80 perforaciones a 30 metros de profundidad para inyectar agua al subsuelo.
Matrículas de autos, actas de nacimiento, onzas de plata y hasta emblemas de gobiernos, son algunos de los ejemplos en los que se utiliza la imagen del ángel, debido a su importancia como símbolo escultórico de la independencia.
Y tal es el significado, que incluso en julio pasado una réplica se exhibió en la Plaza de la Constitución, para promover la cultura de la Ciudad de México.
La estructura, que tiene una altura de cinco metros, un peso de 2.5 toneladas, hecha en bronce con un baño de oro de 24 kilates, es obra del escultor Víctor Gutiérrez.
Esa pieza, recorre en estos momentos las ciudades más importantes del mundo, en el marco de la celebración de los 200 años de la Independencia de México, y como un gesto de promoción del turismo en esta capital.
