Miles de personas se manifestaron ayer en la ciudad de Chicago para exigir un cese a las redadas y deportaciones de indocumentados y la aprobación de una reforma migratoria integral en Estados Unidos. (AP)
Piden el fin de las deportaciones y los allanamientos contra indocumentados.
Miles de inmigrantes y activistas se congregaron ayer en ciudades de diferentes partes de Estados Unidos para exigir una amplia reforma a la Ley de inmigración, incluidas oportunidades para lograr la naturalización por parte de unos 12 millones de indocumentados que viven en el país.
Pero la asistencia a los actos fue muy inferior a la registrada en las primeras demostraciones nacionales de 2006, cuando más de un millón de personas salió a las calles, y al menos 400 mil en Chicago paralizaron el tráfico y atascaron las avenidas.
Los activistas que esperan reavivar el debate sobre la reforma a la Ley de inmigración dicen que este año los esfuerzos deben concentrarse menos en protestas y más en la inscripción de votantes y en la creación de una agenda destinada al próximo presidente.
Sin embargo, se organizaron actos para salir a la calle desde Miami hasta Dallas y Los Ángeles, durante el primero de mayo.
“Hemos venido para informarle a Washington que todavía estamos aquí. Todavía estamos luchando”, dijo Jorge Guzmán, de 34 años, mientras crecía la multitud en el Union Park de Chicago antes de comenzar una marcha hacia el Centro de la ciudad.
Guzmán, un inmigrante de México, con residencia legal, figuró entre un grupo de 100 manifestantes provenientes de Waukegan, un suburbio de Chicago. En ese suburbio existe tensión luego que funcionarios de la ciudad presentaron una solicitud para un programa federal que adiestrará a policías locales a fin de hacer cumplir las Leyes de inmigración.
En Washington, grupos de defensa de los inmigrantes ilegales y organizaciones de defensa de la justicia social exigían que en el condado Prince William, en el Norte de Virginia, se rescinda una medida contra los indocumentados. También pedían que se pongan fin a los allanamientos y a las deportaciones, y que se establezcan centros de trabajadores en Washington, Maryland y Virginia.
Los activistas también proyectaban entregar una carta a los comités de los partidos Republicano y Demócrata pidiendo a los candidatos presidenciales que aprueben una nueva Ley de inmigración.
Se realizaron también marchas en Tucson, Arizona, y en Milwaukee, Wisconsin.
En Milwaukee, el obrero Miguel Tesillos, de 29 años de edad, figuró entre centenares que se alinearon en veredas aguardando el inicio de una marcha.
“Nuestro pueblo paga impuestos. Pagamos lo mismo que un ciudadano”, dijo Tesillos, quien es un residente legal. “Tal vez el nuevo presidente pueda advertir este punto, y haga algo por nosotros”, añadió.
Causarían redadas pérdidas millonarias
Las redadas en Los Ángeles, California, causarán la pérdida de un millón de empleos y de millones de dólares en impuestos, reveló ayer la Corporación de Desarrollo Económico del Condado de Los Ángeles (LAEDC, por sus siglas en inglés).
Un estudio de la corporación se centró en el análisis de los impactos negativos que tendrá en la economía regional este tipo de operativos antiinmigrantes.
“Tan sólo en tres industrias que cuentan con grandes números de trabajadores inmigrantes vestido, alimentación y muebles-, encontramos cifras preocupantes”, afirmó el director del estudio Jack Kyser.
“Se encontró que alrededor de diez mil empresas han creado en el condado de Los Ángeles cerca de 500 mil empleos directos e indirectos y han producido siete mil 400 millones de dólares en salarios anuales”, destacó.
“Si sólo estas compañías siguen siendo agobiadas por redadas y operativos, 15 por ciento de esas firmas tendrá que cambiar su sede y tan sólo en Los Ángeles la región podría perder unos 75 mil empleos”, advirtió.
Los resultados de la investigación fueron divulgados ayer en una conferencia de prensa celebrada en el centro Laboral de la Universidad de California en Los Ángeles a la que asistió el alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa.
LLAMADO
“Nuestro pueblo paga impuestos. Pagamoslo mismo que un ciudadano. Tal vez el nuevo presidente pueda advertir este punto, y haga algo por nosotros”.
Miguel Tesillos, obrero