La deuda de Hillary Clinton en su campaña por la candidatura presidencial demócrata ha subido a 31 millones de dólares, la misma cantidad que su adversario Barack Obama recolectó en contribuciones el mes pasado.
La senadora de Nueva York Hillary Clinton; el senador Obama, de Illinois, y el virtual candidato presidencial republicano, el senador John McCain, de Arizona, entregaron anoche sus informes de recaudaciones a las autoridades electorales.
La campaña de Obama empezó en mayo con 37 millones de dólares en sus arcas, tras haber recolectado 31 millones de dólares en abril.
McCain engrosó su tesoro de campaña con 18 millones de dólares en abril, y tiene a su disposición más de 22 millones de dólares.
Pero Clinton, que hace seis meses lucía como la aspirante con más probabilidades de alcanzar la candidatura demócrata, recolectó en abril 21 millones de dólares, pero debe más de 31 millones.
El informe de Clinton a la Comisión Federal de Elecciones no menciona que en abril la senadora gastó 28.9 millones de dólares, esto es casi ocho millones más que lo recolectado. Clinton usó préstamos personales para tapar la diferencia.
De acuerdo con el diario The Angeles Times, asimismo Clinton ha demorado los pagos a consultores, y si se incluyen los 9.5 millones de dólares de facturas no pagadas del mes de abril la senadora debe a los consultores y otros proveedores unos 19.5 millones de dólares.
El anterior “sin mencionar el total de 11.4 millones de dólares que ella se ha prestado a sí misma”, añadió el diario.
En cuanto a los tesoros de campaña de los partidos, el Comité Nacional Republicano, con ayuda del presidente George W. Bush, terminó el mes con 40.6 millones de dólares que se usarán, principalmente, para la elección de noviembre.
El Comité Nacional Demócrata tiene apenas 4.4 millones de dólares en sus arcas.
Renuncia asesor de McCain
Mark McKinnon, estratega jefe responsable de los anuncios y publicidad de la campaña de John McCain, renunció a su cargo porque, como advirtió meses atrás, no quiere pelear contra Barack Obama.
La razón es que cree que el precandidato demócrata, cada vez más cerca de su nominación oficial, representa un momento histórico para el país, encarna una candidatura única, y él no quiere, llegado el momento, trabajar para acabar con ella, como haría si siguiera al lado del republicano.
Afirmó que de ser elegido Obama “sería un gran mensaje para nuestro país y para el mundo”.
Dicho esto, dejó claro que piensa que el republicano John McCain es el mejor preparado para ser presidente de Estados Unidos.
Admitió que tiene diferencias serias con Obama, pero lo que menos le gusta es su postura sobre la guerra en Irak y sus credenciales en materia de seguridad nacional.
En las últimas semanas, media docena de asesores cercanos del equipo de McCain han dejado su campaña.