Estados Unidos mantiene desplegados cerca de 150 mil soldados en el país árabe.
El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el almirante Mike Mullen, afirmó ayer que recomendará al Gobierno en el tercer trimestre del año más retiradas de tropas de Irak si la mejora registrada en el nivel de violencia se mantiene.
Mullen explicó que está satisfecho con la mejora de los niveles de seguridad que ha observado durante su visita a Irak, tanto en el distrito shii de Sadr City, en Bagdad, como en Mosul, capital de la provincia de Nínive, en el Norte del país.
“No quiero afirmar que desde el punto de vista militar los progresos registrados en Irak sean irreversibles o hayan llegado a un nivel suficiente; no ha sido así y no es así”, subrayó Mullen en una conferencia conjunta con el secretario de Defensa, Robert Gates.
No obstante, aseguró que “la seguridad (en Irak) es sin duda notablemente mejor”.
“Si esa tendencia continúa, espero poder recomendar a principios de otoño al secretario (de Defensa) y al presidente George W. Bush más reducciones de tropas”, concluyó.
En la actualidad, Estados Unidos mantiene desplegados a cerca de 150 mil soldados en el país árabe.
ASUMEN SEGURIDAD
Por otro lado, el Ejército iraquí asumió ayer las competencias de seguridad en Qadisiya, 200 kilómetros al Sur de Bagdad, que se convierte así en la décima provincia de Irak cuyo control pasa de la coalición multinacional a las autoridades iraquíes.
El traspaso tuvo lugar en una ceremonia celebrada en Diwaniya, capital de la provincia, a la que asistieron altos cargos iraquíes, entre ellos un representante del primer ministro, Nuri al Maliki, y el consejero de Seguridad Nacional, Muafaq al Rubiei.
En la ceremonia, que fue televisada, también estuvieron presentes los oficiales del mando militar estadounidense en esa provincia.
En su discurso, Rubiei aseguró que la seguridad en las 18 provincias del país habrá sido transferida a las fuerzas iraquíes antes de final de año.
Mueren 150 insurgentes en Afganistán
Al menos 150 supuestos talibanes han muerto en una ofensiva militar por tierra y aire del Ejército afgano y las tropas de la coalición multinacional liderada por EU en la provincia de Paktika, en el Sureste de Afganistán, informó ayer una fuente oficial.
El gobernador provincial, Akram Khalpawak, citado por la agencia afgana PAN, dijo que los combates tuvieron lugar en el distrito de Barmal, fronterizo con Pakistán, después de que unos 350 talibanes atacaran un puesto de control policial. Según la fuente, se desencadenó un intenso tiroteo entre los atacantes y el Ejército afgano, que pidió el apoyo aéreo de las tropas de la coalición.
Khalpawak, quien atribuyó el ataque a un grupo de talibanes que cruzaron la frontera paquistaní, aseguró que los insurgentes que sobrevivieron a los combates fueron forzados a regresar a las agencias tribales de Pakistán.
El portavoz gubernamental Muhammadyar Ghamai agregó que un número indeterminado de refugios rebeldes fue bombardeado y que la mayoría de los insurgentes fallecidos procedía de las regiones paquistaníes Waziristán y el Punjab.
En lo que va de año, unas dos mil personas han perdido la vida a causa de la violencia en Afganistán, entre ellas 700 civiles.