El gobernador del estado de Nueva York, el demócrata Eliot Spitzer, reconoció hoy haber 'violado las obligaciones con mi familia' tras reportarse que estaría vinculado con una red de prostitución.
Según adelantó The New York Times, el gobernador habría dicho a sus asesores que en el pasado reciente contrató los servicios de una prostituta.
Casado y con tres hijas, conocido como 'el sheriff de Wall Street' o 'el abogado del pueblo', este abogado de formación llegó a Albany tras 12 años de dominio republicano con un inmaculado expediente como fiscal general del estado, despertando grandes expectativas.
De acuerdo al diario, que citó fuentes anónimas conocedoras de la investigación en marcha, alguien denominado como 'cliente número 9' -supuestamente Spitzer- habría fijado una cita con una prostituta de lujo en un hotel de Washington el pasado 13 de febrero.
La implicación de Spitzer, que viajó a Washington ese día, se habría conocido ya que las autoridades tenían interceptados los teléfonos para desarticular la red conocida como 'Emperors Club VIP'.
Según los detalles del caso, el 'cliente número 9' se encontró con la mujer en la habitación 871 del hotel Mayflower de la capital estadounidense.
En una breve declaración en la que no dio detalles de lo ocurrido ni ofreció su renuncia, que ya han pedido los republicanos, indicó que había 'violado las obligaciones' para con su familia, a la que pidió perdón junto al resto de ciudadanos.
Señaló que en los pasados nueve años, ocho como fiscal general del estado y uno como gobernador, trabajó por los intereses del pueblo de Nueva York.
Spitzer recordó que cuando asumió su cargo, a principios de 2007, prometió imponer altos estándares éticos en la forma de hacer política. 'Prometimos traer cambios reales a Nueva York y eso va a continuar', dijo, en lo que algunos vieron su negativa a renunciar.
Una hipótesis que ganó terreno cuando, a continuación, indicó que quería hablar de un 'tema personal'.
Ante los medios, y junto a su mujer, leyó una brevísima declaración y se fue sin aceptar preguntas.
Tras indicar que había violado las obligaciones para con su familia señaló que también lo había hecho con su 'sentido del bien y del mal'.
No obstante, Spitzer quiso, una vez más, separar las esferas públicas y privadas, al afirmar que 'no creo que la política, en el largo plazo, se trate de individuos, si no de ideas, del bien público y de hacer lo mejor por el estado de Nueva York'.
'Pero me he decepcionado y he fallado en vivir según los estándares que fijé para mí. Ahora, debo dedicar algún tiempo para volver a ganarme la confianza de mi familia', concluyó.
