VALENTÍA 'El aumento de tropas y el coraje de los iraquíes valientes han dado una vuelta a la situación y se vislumbra un Irak libre y democrático en el corazón de Oriente Medio'.
El presidente de EU, George W. Bush, hizo por segunda vez en 24 horas un balance del costo que ha supuesto la guerra de Irak, y ayer dijo que ha sido una contienda que “ha exigido una gran cantidad de tiempo y dinero” a los estadounidenses.
“Gracias a la labor (de los soldados estadounidenses) en Irak, y al coraje del pueblo iraquí, una nueva era de optimismo está naciendo para su democracia y la nuestra”, dijo Bush, en su tradicional discurso radiofónico.
“El pueblo estadounidense ha hecho grandes sacrificios para llegar a este momento. La batalla en Irak ha exigido una gran cantidad de tiempo y de dinero”, dijo el presidente, que sin embargo aclaró que los esfuerzos en Irak valieron la pena.
Reconoce, además, que meses antes de la invasión “existieron legítimas diferencias de opinión sobre la decisión inicial de destituir a Saddam Hussein y el inicio de la guerra”.
Afirmó que casi seis años después, “el aumento de tropas y el coraje de los iraquíes valientes han dado una vuelta a la situación” y se vislumbra “un Irak libre y democrático en el corazón de Oriente Medio”.
Esta es la segunda ocasión en que Bush hace un repaso introspectivo de la guerra de Irak, que ha marcado su mandato.
Ayer, en un discurso ante el Instituto Brookings, admitió que sus planes en Oriente Medio no siempre salieron como esperaba en su mandato y cita el ejemplo de la guerra en Irak, más larga y costosa de lo que pensó.
“No todas las decisiones que hemos tomado han sido populares, pero la popularidad nunca fue nuestro objetivo”, dijo.
En este sentido, defendió la decisión de ir a la guerra, una iniciativa que según él “no puede verse aislada del 11-S.”
Sin embargo, reconoció que el entonces presidente iraquí, Saddam Hussein, no estuvo relacionado con los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos.
Según dijo en su discurso, no se podía tolerar a “un enemigo jurado que actuaba de modo beligerante, que apoyaba el terrorismo y del que los servicios secretos del mundo creían que tenía armas de destrucción masiva”.
Tras el 11-S, puntualizó, Saddam Hussein representaba “un riesgo que no podíamos correr”.
‘Bienvenidos a mi colgamiento’
El presidente George W. Bush presentó ayer el retrato hiperrealista que le ha hecho, casi a tamaño natural, el artista Mark Carder, y que quedará expuesto en las paredes del club privado de Filadelfia Union League.
“Bienvenidos a mi colgamiento”, dijo Bush, de manera macabra, mientras corría la tela que cubría el cuadro, lo que desató la risa de los miembros del exclusivo grupo.
El propio Bush se mostró sorprendido de la precisión del trabajo de Carder, quien es conocido porque sus obras, de una exactitud hiperrealista, parecen casi fotografías.
De hecho, el autor tomó cientos de fotos del presidente, incluso del tono del color de su piel, para hacer un trabajo lo más preciso posible.
“Me sorprende la cantidad de gris que has tenido que utilizar. Eso dice más de mi trabajo que del tuyo”, dijo el presidente, al observar con detenimiento la imagen de sí mismo, retratado en la Sala de los Tratados de la Casa Blanca, con una media sonrisa y el pelo visiblemente encanecido.