TRANQUILOS. Aseguraron que casi no ven tele y por eso no pudieron ir antes por Jesús.
En la fría soledad de un hospital murió un anciano que fue atropellado el pasado día 5 de diciembre en el periférico. A pesar de que su imagen sufriente apareció en los medios de comunicación, nadie lo identificó. Su agonía duró 13 días, hasta que su frágil cuerpo no pudo más.
A la Universidad
En caso de que un cuerpo no sea reclamado por familiares, éste va a dar a la fosa común, aunque ocasionalmente el cadáver se puede donar para investigación de los estudiantes de medicina de la UJED. En este caso, los restos del hombre, al que nadie visitó en sus últimos días, y quien murió sin ser identificado, fue destinado a tener tal fin, y la mañana de ayer, ya se encontraba en las instalaciones de dicha insititución educativa, listo y en espera que los estudiantes regresaran de las vacaciones navideñas.
Por fin
Sin embargo, la situación cambió, pues la mañana de ayer, los familiares que brillaron por su ausencia durante la convalecencia del hombre, aparecieron en las instalaciones de la Subprocuraduría de Justicia en Lerdo, para reconocer el cuerpo de Jesús Aristeo Ibarra Limones, de 70 años, a quien identificaron como su tío.
Martín y Rosa Ruvalcaba Ibarra comentaron que su tío era muy dado a la bebida, al cigarro, a salirse y perderse por días. También dijeron que lo estuvieron buscando en los lugares que solía frecuentar, como por ejemplo una cantina en la que a veces ayudaba. El jueves, otra familiar fue a la clínica 51 de Chapala para ver si el anciano era su tío. Esta persona, a quien no dejaron pasar al hospital porque no portaba identificación, les aseguró que no era el tío que estaba desaparecido.
Tuvieron que ir por el cuerpo hasta la Escuela de Medicina de la UJED.