Jesús Ortega, candidato a la dirigencia nacional del PRD, difundió ayer una carta que envió a su contrincante, Alejandro Encinas, en la que le recrimina que en lugar de buscar una salida consensuada a la crisis política que vive el partido, como se lo había propuesto, se dedicó a descalificarlo nuevamente con un lenguaje “soez e insolente”.
El domingo, Encinas y simpatizantes suyos de la corriente Izquierda Unida se reunieron en el Monumento a la Revolución, donde el ex Jefe de Gobierno hizo un exhorto a la Comisión Nacional de Garantías para que limpiara todo el “chuchinero” que se originó en la elección del 16 de marzo.
Ortega, de la corriente Nueva Izquierda, conocida como “Los Chuchos”, recriminó a Encinas que a la propuesta que le hizo por escrito y vía telefónica la semana pasada, de buscar una salida con propuestas de consenso para superar la crisis del partido, le haya contestado igual que siempre: con “insultos, injurias, ofensas y acusaciones”.
“Como lo constatamos en tu reunión de este pasado domingo, esas pocas expectativas acerca de una actitud madura y responsable se han diluido.
“A la propuesta que envié, Alejandro, podrías haber hecho sugerencias o correcciones; podrías haber contestado con otra contrapropuesta o de plano podrías haberla rechazado completamente, pero todo ello, con respeto a mi persona y sobre todo con ánimo constructivo y elemental responsabilidad para con el partido.
“En lugar de ello, lo de siempre: insultos, injurias, ofensas y acusaciones. ¿Qué hacer ante ello? Yo podría contestar con la misma moneda y utilizar el mismo lenguaje soez e insolente para llenarte de insultos y descalificaciones. Pero no lo haré así, porque con eso contribuiría, precisamente, a lo que combato”, señala en su misiva Ortega.
Antes de signarla, Ortega remata su carta diciendo que las palabras que le dirigió son “con todo respeto”.
Encinas responde
Alejandro Encinas envió una carta a Jesús Ortega en la que no expresa una disculpa, pero sí admite que más allá de las aspiraciones personales, la solución a este conflicto requiere asumir que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) no son sus dirigentes ni sus corrientes.
“El PRD es una voluntad colectiva de millones de hombres y mujeres libres que han dado vida y fuerza a este proyecto político, a los que atenderé responsablemente más allá de agravios personales y estados de ánimo”, refirió.
“El encono que en ocasiones ha provocado la falta de una cultura de debate y construcción de entendimientos dentro de nuestras filas, ha traído consigo agravios de los que huelga hacer un recuento”.
Es necesario, añadió, entender que el conflicto que vive el PRD, al margen de la elección misma, es derivado del agotamiento del modelo de partido que hasta ahora han venido instrumentando.