Cientos de personas recordaron ayer el tercer aniversario de la muerte del polaco Juan Pablo II en la plaza Pilsudski en Varsovia, Polonia. (AP)
Oficia Benedicto XVI una misa en la que alabó las cualidades de Juan Pablo II a tres años de su muerte.
El Papa Benedicto XVI alabó las “cualidades humanas y sobrenaturales” de su antecesor al frente de la Iglesia Católica, Juan Pablo II, durante una misa ayer que marcó el tercer aniversario de la muerte del Pontífice polaco.
Benedicto comparó el sufrimiento de los últimos meses de vida de su predecesor con los de Cristo en la cruz. La enfermedad del Parkinson drenó lentamente la energía de Juan Pablo II en los últimos años de su Pontificado, en contraste con el vigor que mostró alguna vez como el líder de la Iglesia. Poco antes de morir, a los 84 años, la enfermedad lo dejó incapaz de hablar.
“Así como sucedió con Jesús, también fue para Juan Pablo II. Al final, las palabras dieron paso al sacrificio extremo”, afirmó Benedicto XVI, vestido con túnicas de brocado rojas, durante la ceremonia de 90 minutos en la Plaza de San Pedro.
Benedicto XVI concelebró la misa con miembros del Colegio de Cardenales, incluso el arzobispo de Cracovia, Polonia, Stanislaw Dziwisz, quien fue el secretario privado del difunto Papa y quien estuvo a su lado durante casi 40 años.
Miles de peregrinos y turistas -muchos de Polonia, la patria del Pontífice fallecido- llenaron la plaza, recordando los días después de la muerte de Juan Pablo II, cuando más de dos millones de personas hicieron fila día y noche para rendirle un último adiós, mientras su cuerpo descansaba en la Basílica de San Pedro.
Benedicto XVI también subrayó la “fe extraordinaria” de Juan Pablo II. Dijo que esa fe le permitió tener una conversación íntima e ininterrumpida con Dios.
“Entre sus cualidades humanas y sobrenaturales, él tenía de hecho una sensibilidad espiritual y mística excepcional”, afirmó el Papa durante su homilía.
PENSÓ JUAN PABLO II DIMITIR EN MOMENTOS DE ENFERMEDAD
Juan Pablo II, de cuyo fallecimiento se cumplen hoy tres años, pensó en dimitir en el periodo en el que su enfermedad avanzaba inexorablemente, pero después decidió “ponerse en manos de la Providencia”, según aseguró el cardenal Giovanni Battista Re, que fue uno de sus estrechos colaboradores.
Re, prefecto de la Congregación para los Obispos y presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, hizo estas manifestaciones según los medios locales durante la presentación ayer en Roma de un nuevo libro sobre Juan Pablo II, escrito por el periodista del diario La Repubblica Marco Politi, titulado “Papa Wojtyla, l’addio”.
“Sobre el problema de la dimisión, Juan Pablo II había razonado, pero después decidió llevar la cruz hasta el final y lo que pesó en su razonamiento fue la Providencia”, manifestó el purpurado.
Según el cardenal italiano, tras reflexionar sobre una eventual dimisión, el razonamiento de Juan Pablo II para seguir al frente de la Iglesia fue que si él jamás pensó en ser elegido Papa y la Providencia le llevó al Solio Pontificio (el sillón del apóstol Pedro) que fuera la Providencia la que decidiera.
“Continuaré (al frente de la Iglesia Católica) mientras pueda, dejo en manos de la Providencia que decida el día y el momento para llevarme (muera)”, razonó el Papa, según la reconstrucción hecha por Re.
Giovanni Battista Re subrayó que Juan Pablo II era un místico y que ponerse en manos de la Providencia fue el “verdadero motivo” que le mantuvo al frente de la Iglesia.
Ya en su testamento, abierto el 7 de abril de 2005, cinco días después de su muerte, Juan Pablo II dio a entender que pensó en la posibilidad de renunciar al papado tras el jubileo del año 2000.