Mecenas del futbol
Desde la primera hasta la última directiva del desaparecido equipo Laguna, sus integrantes aportaban diferentes cantidades de dinero cada temporada para el sostenimiento del equipo, de acuerdo a sus posibilidades económicas.
Los cuatro directivos de mayor poder económico aportaban el 60 por ciento, cada uno de ellos colaboraba con un 15 por ciento. Un quinto socio aportaba otro diez por ciento, y el 30 por ciento restante se prorrateaba entre los demás socios, aportando un dos por ciento cada uno.
De esta forma pudieron sostener a la Ola Verde durante 24 años, desde la temporada 1954-1955 en Segunda División hasta la campaña 1977-1978 en Primera División Nacional.
Ricardo Plata Martínez, quien fuera integrante de la directiva del Laguna por más de 20 años, recordó que aparte de esas aportaciones realizaban diversas actividades para contar con los recursos necesarios para el sostenimiento del equipo, en una época en que la comercialización no había llegado al futbol profesional y los patrocinios eran escasos.
Los integrantes de la primera directiva de la Ola Verde, en su mayoría españoles residentes en la Comarca, como Ángel Fernández Fernández, Pedro Valdés Fernández, Vicente Zamorano, los hermanos Olegario y Casiano Hoyos, Evaristo y Antonio Guzmán, en compañía del alemán Otto Schot y de los mexicanos Miguel Cepeda, Ricardo Plata Martínez, los hermanos Carlos y Manuel Rosas Figueroa, Rafael Román y Fernando Silva, implementaron este esquema para asegurar la permanencia del equipo.
En caso necesario los directivos se daban a la tarea de solicitar préstamos bancarios, por los cuales respondían ellos mismos.
Todos los directivos realizaron un gran esfuerzo por mantener el equipo en un buen nivel competitivo, ya que no contaban con el respaldo de grandes empresas o dependencias federales, como fue el caso de los equipos de Ciudad Madero, Tamaulipas, y Petroleros de Poza Rica, Veracruz, los cuales tenían el apoyo económico de las refinerías de Petróleos Mexicanos en esos lugares.
La segunda directiva del Laguna estuvo integrada por don Manuel Soberón, presidente, Jorge Fernández Orozco, vicepresidente, Carlos Rosas Figueroa, secretario, Federico Bohigas, tesorero, Ricardo Plata Martínez, quien desempeñó el cargo de gerente durante un año, don Pedro Valdés Fernández, don Olegario Hoyos, don Ángel Fernández Fernández, el general Mariano de León y el entonces alcalde Heriberto Ramos González fungieron como vocales.
Ricardo Plata Martínez comentó que durante 1960 los señores Arturo Pérez y José Verdeja sostuvieron el equipo, el primero de ellos ocupó el cargo de presidente en la directiva, ingresando ese año don Ángel Sobrino como comisario y don Francisco Rossel en carácter de vocal, quienes después pasaron a formar parte de la directiva del Club Deportivo de Futbol Cataluña, posteriormente Diablos Blancos del Torreón.
Otro directivo importante de la Ola Verde fue don Carlos Everest, gerente del Banco Refaccionario de México, quien desempeñó el cargo de presidente del Laguna en la temporada 1958-1959, y le tocó resolver la amenaza que habían lanzados los jugadores de no viajar a un partido contra La Piedad, en virtud de que les adeudaban dos quincenas de sueldo.
Don Carlos Everest convocó a los integrantes de las directivas anteriores para que ayudaran a resolver el problema, y entre todos ellos se reunió el dinero necesario para liquidar el adeudo que tenían con los jugadores. Entonces la directiva de la Ola Verde implementó un sistema de venta de abonos con valor de 25 y 50 pesos, de aquellos tiempos, para allegarse fondos económicos.
En Primera División Nacional continuaron con esta labor Alfonso Estrada, José Gangz, Francisco Dávila Guajardo y el ingeniero Alejandro Díez Burgos, quienes realizaron grandes esfuerzos para mantener el equipo en el máximo circuito del futbol mexicano.
La devaluación de septiembre de 1976, en la parte final del sexenio del ex presidente Luis Echeverría Álvarez, repercutió en la economía de los equipos profesionales, entre ellos el Laguna, que se vio en la necesidad de vender ese año el Estadio de la Herradura al Club Deportivo San Isidro, jugando sus dos últimas temporadas en el Estadio Moctezuma, ahora Estadio Corona.
Para su última temporada el equipo tenía un adeudo con un banco local por cerca de dos millones y medio de pesos, lo que dio margen a la venta de su franquicia a los Coyotes del Neza.
La exclusiva de esa venta la dio a conocer desde Rosario, Argentina, nuestro compañero de labores Raúl Zugasti Reyes, quien fue enviado por el diario en que trabajaba en ese entonces a cubrir la sede de México en el Mundial de Argentina 1978.
En el aeropuerto de Rosario, Argentina, logró entrevistar a Anuar Macisse, director de conocida revista de futbol, y quien fue el intermediario por parte del Gobierno del Estado de México, que presidía el coahuilense Moisés Jiménez Cantú, para comprar la franquicia de la Ola Verde y llevarla a Ciudad Neza en la temporada 1978-1979 con el nombre de Coyotes del Neza, concluyendo así la historia del Laguna.
¡Hasta el próximo miércoles!