Promesa cumplida
Valdemar García formaba parte de los Niños Catedráticos del Atlas, campeones del Torneo de Copa 1966-1967, al vencer en la final al Veracruz 3-2 en el Estadio Azteca de la Ciudad de México, y debió emigrar a la llegada del brasileño Ney Blanco a la dirección técnica de los también llamados Zorros en la temporada 1967-1968.
Valdemar peleaba la titularidad en la defensa central con Guillermo “El Campeón” Hernández y Humberto Medina, el primero de ellos había participado con la Selección Nacional en el Mundial de Inglaterra 1966, el segundo fue integrante del Tricolor en la Olimpiada de México 1968.
Ante esta situación, el técnico Ney Blanco aconsejó a Valdemar García que se fuera a foguear a otro equipo, y que si él seguía al mando de los Rojinegros, o en caso de dirigir a otro equipo, lo tomaría en cuenta.
Valdemar siguió el consejo del entrenador brasileño y fue a jugar a los Cuerudos del Ciudad Victoria en la temporada 1967-1968 y a la siguiente al Zamora, ambos equipos de Segunda División.
En los Cuerudos tuvo de compañero al guardameta Raúl “El Güero” Navarro, quien después militó varios años en los Diablos Blancos del Torreón, y al “Oso” Martín del Campo, ex defensa central del Oro de Guadalajara.
Ney Blanco fue designado técnico del desaparecido equipo Laguna en la temporada 1969-1970, segunda de la Ola Verde en Primera División, y mandó llamar a varios jugadores del Atlas y a Valdemar García, cumpliendo así la promesa hecha dos años antes.
Los Rojinegros que llegaron esa campaña al Laguna fueron Guillermo Castillo (QEPD), Ignacio Buenrostro, los hermanos Rodolfo y Juan José Jáuregui, y Valdemar García.
Posteriormente, en la temporada 1971-1972, llegó al Laguna el defensa central Jorge “El Güero” Lasso, y al ser nombrado Arpad Fekete técnico del Laguna por segunda ocasión, vinieron de la cantera del Atlas los jugadores Ángel Guillén y José Antonio Rodríguez.
Años después llegaron José “El Burro” Cedano y Agustín Loza, todos ellos fueron un aporte significativo para el equipo Laguna, en la lucha que durante años libró para salvarse del descenso a Segunda División.
El Atlas ha sido siempre una cantera importante del futbol mexicano, en el caso de Valdemar García podemos consignar que se inició con el equipo de la categoría Infantil y después llegó al de Juvenil Primera (16-17 años), el cual ligó una racha de cien partidos sin perder en el torneo en que participaba.
Como premio a ese esfuerzo, la mayoría de los jugadores del equipo de Juvenil Primera pasaron al plantel de Reservas de Primera División en la temporada 1966-1967, ya que la directiva del Atlas dio de baja a los elementos extranjeros y le apostó a los mexicanos, logrando formar un equipo competitivo.
Los Niños Académicos jugaban con Javier “El Gato” Vargas en la portería, Cecilio Moreno, Guillermo “El Campeón” Hernández, Humberto Medina, Valdemar García y Gamaliel Ramírez en la defensa, Fernando “El Chale” Padilla, José “El Dumbo” Rodríguez y Joel Andrade en el medio campo, Jorge “El Güero” Silva, José Delgado y Antonio “El Poeta” Pérez en la delantera.
El director técnico era Javier Novello y de auxiliar estaba José “Che” Valdati.
Valdemar García jugó en el equipo Laguna cinco temporadas, de la 1969-1970 a la 1974-1975, sus entrenadores en la Ola Verde fueron Ney Blanco, quien lo trajo a la Comarca, Walter Ormeño, Arpad Fekete en dos ocasiones, José Moncebáez, Claudio Lostanau y Claudionor Barbosa.
Fue un defensa central de gran técnica individual, fuerte en el juego aéreo y difícil de pasar, no en balde había sido discípulo de Jesús del Muro y de Guillermo “El Campeón” Hernández, dos de los más grandes zagueros del futbol mexicano.
El Atlas ha sido siempre una importante cantera del futbol mexicano, que durante décadas ha aportado jugadores de calidad a los equipos de Primera División Nacional y a varios clubes del extranjero, a manera de ejemplo podemos citar a Rafael Márquez y a Andrés Guardado, quienes actualmente militan en el Barcelona y en el Deportivo La Coruña, ambos clubes son de España, esa ha sido la vocación de los Rojinegros por excelencia.
¡Hasta el próximo miércoles!