La prensa cubana confirmó hoy la reelección de Fidel y Raúl Castro como diputados, con los habituales porcentajes cercanos al 100 por ciento, pero sigue la incógnita sobre si el parlamento designará al primero de nuevo presidente del Estado y el Gobierno cuando se instale el 24 de febrero.
El convaleciente líder cubano fue reelegido con el 98.3 por ciento de los votos de su distrito el pasado día 20, pero lo superó su hermano Raúl, presidente interino desde julio de 2006, que obtuvo en su circunscripción el 99.4 por ciento.
De los 614 diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular, la mayoría afiliados al Partido Comunista (el único permitido), Raúl Castro tiene el mayor porcentaje, mientras que el menor es el de Elizabeth Cámara, de la Isla de la Juventud (un 70.2 por ciento que envidiarían muchos políticos en otros países).
Los medios oficiales cubanos divulgaron este miércoles los resultados definitivos de las elecciones de diputados de la Asamblea Nacional y delegados de las asambleas provinciales, en las que votaron 8.2 de los 8.5 millones de electores (casi 97 por ciento).
La Asamblea se instalará el 24 de febrero y ese mismo día designará para un periodo de cinco años al presidente, los cinco vicepresidentes, el secretario y otros 24 integrantes del Consejo de Estado, máximo órgano ejecutivo de Cuba.
En esta isla de 11 millones de habitantes hay versiones y opiniones para todos los gustos y disgustos sobre si Fidel Castro será reelegido presidente del Consejo de Estado, cargo que ocupa desde que en 1976 se crearon la Asamblea Nacional y el actual régimen institucional.
El líder cubano, de 81 años de edad y con cinco décadas en el poder, convalece desde julio de 2006 de una enfermedad que le obligó a delegar provisionalmente funciones en su hermano Raúl, de 76.
Cuál es esa dolencia, así como su etiología, evolución y pronóstico, no han sido detallados oficialmente, como tantos otros asuntos relacionados con el líder nacionalista y marxista.
Sin embargo, Fidel Castro resiente que algunos medios informativos digan que su salud es "secreto de Estado".
"Ya no hay secretos de nada. Dicen: carácter de secreto de Estado. ¿Qué secreto de Estado?. Yo ya dije bien claro allí cómo era la cosa", protestó en una entrevista de junio pasado.
Aludía a uno de sus frecuentes y extensos artículos, en el que semanas antes explicó que había sufrido varias operaciones y que durante meses dependió de "venas tomadas y catéteres", pero que ya recibía "por vía oral" lo que requería su recuperación.
En otro artículo más reciente de esa serie titulada "Reflexiones del comandante en jefe", publicado el pasado día 16, tras recibir la víspera al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, Castro afirmó que no tiene capacidad física para participar en actos públicos.
"Hago lo que puedo: escribo", puntualizó. Algunos analistas, diplomáticos y corresponsales acreditados en La Habana apuestan por un cambio generacional en el gobierno, basados en esa y otras declaraciones y alusiones del propio Castro.
Pero otros opinan que un hombre que va a cumplir 50 años en el poder en enero próximo, que ha regido personalmente hasta detalles cotidianos de Cuba y los cubanos, difícilmente se jubilará, por muy enfermo que esté.
Hay especulaciones también sobre variantes institucionales para que Fidel Castro siga siendo el líder máximo del país, e incluso del Estado, pero delegando definitivamente -y no solo provisionalmente, como hasta ahora- las funciones de gobierno.