“Los precios del petróleo afectan los índices
de inflación, las balanzas comerciales y
las políticas macroeconómicas de todos los países, así como también las oportunidades electorales de los Gobiernos”
Oystein Noreng
Economista e investigador
En meses anteriores escribí sobre éste tema y mencionaba que no había necesidad de que me extendiera sobre el mismo, en virtud de que se iniciaban los foros convocados por el Congreso, además de la opinión de analistas y especialistas sobre el particular; pero a esta fecha en la que esperamos la decisión final de nuestros Diputados, no resistí la tentación de opinar nuevamente sobre este asunto a riesgo de ser repetitivo de lo que usted ya conoce.
Es natural que los partidos ya tienen su definición por no decir la clásica línea acostumbrada en la política de nuestro País, ya que lo que importa no es lo que conviene a la sociedad, se dará preferencia a la conveniencia electorera de los políticos y como otras reformas será muy cómoda o de frente a las estrategias electoreras.
Debido a la baja en la producción de petróleo y los precios del mismo, tanto el Ejecutivo como la secretaria de Energía presionan de todas las formas precisas incluyendo a los organismos patronales para acelerar la decisión.
Es natural que quienes se oponen a abandonar la propiedad pública de éste energético, se apoyan en el nacionalismo y quienes están de acuerdo aducen que tanto la producción y la exploración serán más eficientes en manos de la participación privada.
De antemano reconozco que es un tema tradicionalmente difícil y cuestionable, tanto por razones históricas, corruptelas y de oportunista; permítame también generar modestamente mayor confusión.
Políticamente me parece imposible que se logre un buen acuerdo ya que el Partido Acción Nacional (PAN) apoya la propuesta del Ejecutivo sin aportar nada, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) protege a los Gobiernos Estatales por razones económicas además del sindicato petrolero por razones obvias y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) con su intransigencia no está de acuerdo con nada.
En lo económico, si no existen candados eficientes para lograr una convivencia positiva entre Gobierno, Iniciativa Privada y la misma sociedad no me parece que salga una reforma benéfica para todos. No se puede negar que la inversión extranjera es importante por el monto de inversión y tecnología, pero no cerremos los ojos ya que no sólo buscan ganancias que es lo sensato, lo malo es que después nos quedamos como país asalariado. En la parte que corresponde a la inversión de capitales nacionales no conozco en las iniciativas como se lograría evitar la concentración en unos cuantos, desde luego independientemente de los problemas propios de Petróleos Mexicanos (Pemex) en todos sentidos, además estamos iniciando la espiral descendente en los ingresos por el petróleo y esto también es preocupante para las finanzas públicas.
Globalmente la industria internacional del petróleo y del gas natural, parece encaminarse hacia una mayor diversidad, impulsada por la liberalización, la integración y la especialización; la competencia entre las grandes compañías internacionales y las compañías petroleras nacionales de los exportadores se está agudizando por las posiciones del Mercado, es un hecho: las primeras tienen como ventaja el conocimiento y los puntos de venta en el mercado, las segundos sus recursos naturales. Con los precios del petróleo inciertos, continuaremos viendo fusiones y absorciones, ya que la búsqueda del crecimiento de los volúmenes impulsará la adquisición de reservas con la desaparición de competidores.
Por lo anterior en nuestro caso, me parece que entre las diversas formas de mejorar el nivel de vida de nuestra sociedad es indispensable el desarrollo y explotación de los recursos naturales como en otros países avanzados; en forma inteligente, reglamentada, ética y honesta ¿ se podrá?