En la declaración final adoptada tras la cumbre del G-20 en Washington, los jefes de Estado y de Gobierno acordaron trabajar juntos para restaurar el crecimiento mundial y conseguir las reformas que necesita el sistema financiero, algo que debe estar delineado antes del 31 de marzo. (AP)
Acuerdan fortalecer la transparencia y aplicar planes fiscales para reactivar la economía.
Los mandatarios del G-20, más España y Holanda, se han comprometido a llevar a cabo una reforma de los mercados financieros para dotarlos de mayor transparencia y a “trabajar juntos para restaurar el crecimiento global”.
Con un llamado a favor de la refundación del sistema financiero internacional, los jefes de Estado y de Gobierno reconocieron ayer que el riesgo de un colapso financiero “no será resuelto en el corto plazo” y que, además, demandará de políticas de mayor coordinación, supervisión y vigilancia para estabilizar los mercados y poner fin a una era de “prácticas fraudulentas y manipulación”.
“Debemos sentar las bases para una reforma que tenga por efecto que una crisis global como la actual no pueda repetirse”, afirma la declaración final, de 10 páginas, firmada por los líderes de los principales países industrializados y emergentes acogidos por el presidente estadounidense, George W. Bush.
La regulación de los mercados financieros debe responder a los requerimientos del siglo XXI, dijo Bush tras finalizar la reunión del G-20. “Nuestro sistema de regulación proviene aún del siglo XX”, agregó el presidente estadounidense.
La crisis actual es atribuida a que “políticos e instancias de supervisión en algunos países desarrollados no evaluaron correctamente los riesgos originados en los mercados financieros”. Además, se afirma que los mecanismos de control no estuvieron a la par de las innovaciones de los mercados financieros.
“El sistema financiero que nació de Bretton Woods (en 1944) tuvo una preparación de dos años. Esta reunión del G-20 la hemos organizado en apenas tres semanas”, dijo Bush.
Un sistema que, según reconoció, exigirá la reforma de estructuras financieras “como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM)” donde, además, las naciones de economías más emergentes deberán tener “más voz y representación”. Bush advirtió que “queda mucho aún por hacer”.
El G-20 está integrado por la Unión Europea (UE), el Grupo de los Siete (EU, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia) y Corea del Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, India, Indonesia, México, Arabia Saudita, Sudáfrica, Turquía y Rusia.
“Como ya saben, yo me retiro, pero el equipo de transición del presidente electo (Barack) Obama ha sido ampliamente informado de los acuerdos alcanzados”, aseguró Bush mientras aprovechaba para despedirse durante la que ha sido su última intervención en un foro internacional como presidente de Estados Unidos.
Presionados por Bush, los líderes mundiales acordaron manifestar en el documento que los líderes mundiales reafirman su compromiso a la libertad de mercado y de comercio y rechazan el proteccionismo.
En este sentido, piden que se alcance antes de finales de año un principio de acuerdo sobre la Ronda de liberalización comercial de Doha, de la Organización Mundial de Comercio, que se lanzó en 2001 y se encuentra bloqueada.
Las medidas más destacadas de este plan de acción deberán ponerse en marcha antes del 31 de marzo de 2009.
Los jefes de Estado y de Gobierno del G-20 se reunirán de nuevo antes del 30 de abril de ese año para verificar que los compromisos se han cumplido, ya con la presencia del nuevo presidente estadounidense, Barack Obama.
Contra la crisis
Estas son las principales medidas acordadas en la cumbre del G-20:
El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial serán reformados con más peso de los países emergentes.
Habrá planes fiscales para reactivar las economías.
Se insta a lograr un acuerdo sobre la libertad de comercio a través de la Ronda de Doha, bloqueada desde hace largo tiempo.
Ningún actor o mercado financiero deberá escapar a la regulación, cuya coordinación deberá mejorar.
Habrá que reforzar la vigilancia de las agencias de calificación de riesgo y de los “hedge-fund”.
Crear un colegio de supervisores para controlar a los bancos.
Armonizar y revisar las normas contables ante el fracaso de la actual valoración de los activos.
Pide FMI estímulo de 1.2 billones de dólares
El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, dijo ayer que el mundo necesita un estímulo fiscal de 1.2 billones de dólares para combatir la crisis y afirmó que la entidad promoverá una expansión presupuestaria coordinada.
El jefe del FFMI señaló que en la cumbre del G-20, que tuvo lugar ayer en Washington y en la que él participó, se formó un consenso sobre la necesidad de una inyección pública de dinero.
A juicio de la entidad, ésta debería ascender al 2% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, que este año el FMI estima en 62 billones de dólares.
Strauss-Kahn señaló que existe “cierto espacio” para una bajada de las tasas de interés en algunos países, pero Estados Unidos, por ejemplo, cuenta con poco margen de maniobra, dado que el precio del dinero está en el 1%.
Por ello, enfatizó la importancia de un aumento del gasto público o una reducción de los impuestos.
El G-8 ya es irrelevante: Lula
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva dijo ayer que el G-8, de las naciones ricas más Rusia, se ha vuelto irrelevante en el mundo globalizado de hoy por lo que la tarea de regular las finanzas internacionales debe recaer en el G-20 transformándolo en “un verdadero foro político”.
“Es necesario tener en cuenta las economías emergentes en el mundo globalizado de hoy”, dijo. “Si todos los presidentes coinciden en esto, creo que podremos mostrarle a la humanidad que la crisis se resolverá más rápidamente de lo que se anticipa”.
El G-8 lo conforman Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá y Rusia. El G-20, creado en 1998, lo integran esos mismos países más otras economías desarrolladas y las emergentes más poderosas del mundo, entre elllas Rusia, China y la India y, por Latinoamérica, Brasil, México y Argentina.